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Un perro - Alejandro Palomas

Publicado el 03 febrero 2016 por Entremislibrosyo
Un perro - Alejandro Palomas

El primer libro que leí de Alejandro Palomas, hace un par de años, fue “El tiempo que nos une”. Decir que aquella novela llena de mujeres fuertes, aunque en ocasiones ni ellas mismas fueran conscientes de ello, me cautivó, es decir poco. Después vino “Una madre”, una novela en la que las emociones me llevaron de la risa a las lágrimas con solo pasar una página. El año pasado “Un hijo”fue novela distinta, pero que conservaba ese rasgo que diferencia a las novelas de Palomas de cualesquiera otras, ese rasgo que las convierte en novelas abrazables. No es de extrañar que esperara con ansia “Un perro”. Hoy os traigo mis impresiones.

Un perro - Alejandro PalomasSentados en una cafetería una tarde de principios de verano, Fer y su madre, Amalia, esperan una llamada que no llega. Durante las horas siguientes, Fer hará lo imposible por ocultar lo que se esconde tras esa temida llamada que puede hacer añicos la calma que se ha instalado en la familia desde que, siendo apenas un cachorro, R llegó a su vida. Pero quizá esa calma sea más precaria de lo que parece. Cuando el teléfono por fin suena, la noche traerá consigo una inesperada compañía, y con ella llegarán un torrente de confesiones, verdades que quizá no lo eran tanto y las cinco letras de un nombre que, tirando del álbum familiar, Fer deberá atreverse a invocar para que la vida vuelva a mostrarle, a él y a los suyos, su mejor versión.
Un perro - Alejandro Palomas

La literatura, muchas veces, es evasión. Puede ser entretenimiento puro y duro, puede ser aprendizaje y puede ser una invitación a la reflexión. Y para mí, en infinidad de ocasiones y cada vez con más interés por mi parte, es evasión. Evadirme para no pensar en cientos de cosas, evadirme para vivir mil vidas soñadas, evadirme para huir, para correr, para no mirar atrás, para no mirar ni siquiera hacia los lados y, sobre todo, no mirarme a mí misma.

No sabía que con “Un perro” volvería a encontrarme con Amalia y con Fer. Y con Silvia y Emma. No suelo mirar las sinopsis cuando se trata de un autor que seguro, escriba lo que escriba, voy a leer. Así que cuando tuve la novela entre mis manos y se me ocurrió echar un vistazo a la contraportada y descubrí que había vuelto mi otra familia, aquella con la que pasé una Nochevieja supe que sí, que iba a tener entretenimiento y que a buen seguro algo iba a aprender, pero evadirme… No mirarme a mí misma… Y es que los libros de Alejandro Palomas, y los protagonizados por estos personajes especialmente, son libros que se leen hacia dentro. Imposible no mirarse, no verse, no contemplarse en sus páginas.
Me preparé concienzudamente sabiendo que no saldría indemne de la lectura. Alejandro Palomas con “Un perro” coge al lector de la mano y lo sienta junto a sus protagonistas para que viva y sienta con ellos porque si algo sabe hacer el autor es hacerte vivir en el mundo que crea con sus palabras y que atrapa entre sus páginas. Y sabe hacer que el lector se vea reflejado en ellos, aunque esto no siempre nos guste porque no hace concesiones con sus personajes, los muestra tal y como son, con sus virtudes y sus defectos y con una naturalidad tal que se diría que a buen seguro todos ellos existen y todos ellos han pasado y vivido lo que nos narra, si no de forma exacta, sí muy similar. Pero son sobre todo sus sentimientos, sus emociones, sus reacciones las que sin lugar a dudas hacen que el lector se sienta identificado en muchos momentos.
Por eso a mí esta lectura, que he disfrutado y saboreado de principio a fin, palabra por palabra, despacito, para que durara el mayor tiempo posible, me evade poco (en el mejor de los sentidos que podáis imaginar), me llena muchísimo y me deja agotada, con un desgaste emocional que solo el paso de los días va rellenando a golpe de cotidianidad. Y me ayuda. Me ayuda porque veo cuánto me equivoco a veces, cuánta paciencia me falta en demasiadas ocasiones. Me ayuda porque yo, como algún personaje de la novela, tengo también una colección de armaduras oxidadas.
“Un perro” saca de nuevo a pasear las emociones y los sentimientos que todos llevamos dentro y lo hace con una novela llena de pasión, tan intensa que te golpea, a unos en la boca del estómago y a todos en el corazón. Alejandro Palomas compone una oda a los vínculos que nos salvan la vida e incluso a veces nos salvan de la propia vida, porque “Un perro” es un canto a esos vínculos, a los familiares por supuesto, pero también a los que se crean entre un perro y su dueño o mejor su compañero. Y para hablarnos de esos vínculos el autor volverá a sacar a la luz las ausencias que nos asolan, el dolor, los secretos, las necesidades… todos los pequeños y grandes naufragios con los que solo gracias al amor podemos aprender a vivir.
Y todo ello lo hace el autor con la misma naturalidad con la que perfila a sus personajes, sin estridencias, sin aires de sentimentalismo facilón y añadiendo cuando es necesario ese toque de humor que convierte a la novela, como ya hiciera con “Una madre”, en una montaña rusa de emociones para meterse en la piel del lector mientras nos cuenta qué ha sido de aquellos que conocimos un fin de año. Pero esto no significa que solo los lectores de “Una madre” podamos disfrutar de “Un perro” ya que, aunque compartan protagonistas, son dos lecturas independientes e igual da que nos acerquemos primero a una o a otra. Lo que sí es seguro es que una vez hayamos descubierto a Amalia y Fer, volveremos a buscarlos.
“Un perro” es también un canto a la familiay para ello Alejandro Palomas utiliza el símil de la balsa que todos los componentes habitan y de los naufragios que los amenazan y hacen zozobrar. Naufragios a pesar de los cuales se sigue navegando juntos, cada uno con sus ausencias, cada uno con sus secretos y todos con su dolor, ese dolor que hay que dejar que duela entero para poder empezar a aprender a vivir con él, cada uno con lo suyo que es propio y es de todos porque eso es una familia y vuelve a incidir aquí en que no son solo los lazos de sangre los que la crean, sino que también los animales que muchas veces nos acompañan son parte de una familia que se quiere y se apoya, aunque muchas veces nos diga verdades que no queremos escuchar.
Me ha encantado encontrarme de nuevo con esta familia que también es un poco la mía. Y aunque, entre otras muchas cosas, hayan vuelto a recordarme los te quiero que no pronuncio y los abrazos que se quedan atrapados en mi estúpido pudor, han conseguido que vuelva a llorar y a reír con ellos. Y de nuevo han dejado un vacío enorme tras cerrar el libro. “Un perro” es mucho más que una lectura porque es una novela que se vive y se siente.
Un perro - Alejandro Palomas

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