Hace unos meses, fallecía en Cascais Herberto Helder, sin duda el mayor poeta portugués del siglo XX, autor de libros cumbre como O poema continuo. “El poeta oculto” de Madeira, el más rebelde de los poetas portugueses, que rechazó premios, entrevistas, fotografías y reediciones de sus libros. El poeta del verso largo, órfico y visionario. Trabajador incansable de metáforas, Helder construyó una obra que es un universo entero y dio a la lengua portuguesa una nueva exuberancia. Os dejo uno de sus poemas más representativos: HERBERTO HELDER Sobre o Poema Um poema cresce inseguramente
na confusão da carne,
sobe ainda sem palavras, só ferocidade e gosto,
talvez como sangue
ou sombra de sangue pelos canais do ser. Fora existe o mundo.
Fora, a esplêndida violência
ou os bagos de uva de onde nascem
as raízes minúsculas do sol.
Fora, os corpos genuínos e inalteráveis
do nosso amor,
os rios, a grande paz exterior das coisas,
as folhas dormindo o silêncio,
as sementes à beira do vento,
— a hora teatral da posse.
E o poema cresce tomando tudo em seu regaço. E já nenhum poder destrói o poema.
Insustentável, único,
invade as órbitas, a face amorfa das paredes,
a miséria dos minutos,
a força sustida das coisas,
a redonda e livre harmonia do mundo. — Embaixo o instrumento perplexo ignora
a espinha do mistério. — E o poema faz-se contra o tempo e a carne. Sobre el poema Un poema crece inseguro en la confusión de la carne, asciende aún sin palabras, sólo ferocidad y gusto, tal vez como sangre o sombra de sangre por los canales del ser. Fuera existe el mundo. Fuera, la espléndida violencia o los racimos de uva de donde nacen las raíces minúsculas del sol. Fuera, los cuerpos genuinos e inalterables de nuestro amor, los ríos, la gran paz exterior de las cosas, las hojas durmiendo el silencio, las simientes a orillas del viento, — la hora teatral de la cópula. Y crece el poema tomando todo en su regazo Y ya ningún poder destruye el poema. Insustentable, único, invade las órbitas, la cara amorfa de las paredes, la miseria de los minutos, la fuerza sostenida de las cosas, la redonda y libre armonía del mundo. — Debajo el instrumento perplejo ignora la espina del misterio. — Y el poema se hace contra el tiempo y la carne. © Herberto Helder © Traducción: Verónica Aranda