Revista España

Un recuerdo inolvidable, el día que conocí el Edificio Metrópolis

Por Manugme81 @SecretosdeMadri

Vista desde la terraza del Edificio Metrópolis, en MadridSeguramente, de las cosas mas gratificantes de llevar a cabo este proyecto que se engloba bajo el nombre de “Secretos de Madrid” es la posibilidad que me está abriendo para conocer edificios y lugares que de otra forma me resultarían inaccesibles. Uno de ellos el primoroso Metrópolis, a todas luces, uno de los principales iconos de la ciudad.

“Si vienes a Madrid tenemos la opción de subir a la terraza y cúpula del Metrópolis”. Cuando leí este mensaje en mi Facebook personal, tan escueto como ansiado no me lo podía creer. Quien me lanzaba este órdago era Juan Carlos González, de Carpetania Madrid, persona que conoce casi todos (por no decir todos) los entresijos de la Villa y Corte.

Me comentó que un amigo suyo de la infancia trabaja desde hace años para la compañía de seguros Metrópolis y esta maravillosa sede es su oficina de trabajo por lo que accedió a mostrarnos el edificio por dentro. Una manera única e impagable de conocer los secretos de este lugar, con el que tantas y tantas veces había fantaseado a pie de calle. Obviamente, la respuesta en forma positiva no se hizo esperar. Concretamos fecha y hora y allí acudimos los dos, puntuales, a nuestra primera e imborrable cita.

Una cosa que desconocía del edificio es el patio interior que tiene, lo que hace que las plantas no tengan tanta superficie útil como pudiera parecer desde el exterior.

Patio interior del Edificio Metrópolis, en Madrid

Resulta curioso ver como las plantas del edificio y estancias se tuvieron que adaptar a la forma del edificio. No deja de llamar la atención ver la rutina y actividad diaria de trabajo que decenas de personas llevan en el edificio mientas desde fuera, cientos de veces al día, turistas y no turistas inmortalizan en sus cámaras “el Metrópolis” sin reparar que en sus entrañas la gente vive ajena al efecto cautivador que su lugar de trabajo destapa a cada segundo.  También pudimos admirar alguna sala de reuniones y las elegantes escaleras que recorren el edificio, adornadas con elegantes vidrieras de la Casa Maumejean.

Aquí podemos ver la caprichosas formas que adquieren las estancias del interior del edificio… 

Interior del Edificio Metrópolis, en Madrid

Vidrieras de la Casa Maumejean adornando las escaleras…

Vidriera del Edificio Metrópolis, Madrid

 

Después de ascender a la última planta y pasar por una sinuosa escalinata mis nervios iban en aumento. Todo hacía indicar que uno de mis sueños madrileños estaba a punto de cumplirse. Detrás de una última puerta se hizo la luz, los destellos dorados de la cúpula más famosa de Madrid se descubrían ante mis ojos, me sentía la persona más envidiada de cuantas observada desde mi impresionante atalaya.

Cúpula del Edificio Metrópolis, Madrid

La terraza del Edificio Metrópolis brinda una perspectiva única de la gran ebullición de Madrid, allí la confluencia de Alcalá y Gran Vía se vive en primera persona. Es una delicia asomarse a cada una de sus orillas y ver como, imponentes se extienden estas dos arterias de la ciudad. Estuvimos unos cuantos minutos caminando por la azotea y disfrutando de esta mirada insólita, la que nos deja ver las vergüenzas de la Victoria Alada que corona el edificio y observando de cerca detalles como las cabezas de machos cabríos cubiertos de pan de oro.

Cúpula del Edificio Metrópolis, Madrid

Detalle de la cúpula del Edificio Metrópolis

Minerva nos vigilaba con atención desde su puesto de vigilancia en el Círculo de Bellas Artes mientras que al fondo, la Puerta de Alcalá parecía compartir nuestra misma emoción. Desde las alturas la banda sonora compuesta por tráfico y sirenas nos recordaba que, tarde o temprano, terminaríamos por regresar al lugar al que pertenecemos.

Vistas desde la azotea del Edificio Metrópolis

 

Vistas desde la azotea del Edificio Metrópolis

Y así fue…Tras un breve pero intenso rato admirando boquiabierto este lugar y haciendo fotos tocó el doloroso descenso del paraíso a la vida terrenal. La del asfalto que barrunta a pie de calle, no sin antes lanzar una última mirada de complicidad a la cúpula, emplazándonos mudamente a un segundo encuentro que espero no tarde mucho en llegar.

 

PD: Desde aquí mostrar mi enorme agradecimiento a Juan Carlos González y a Alberto Atienza por darme la oportunidad de cumplir uno de mis sueños madrileños. Os debo una.

 

Os dejo alguna foto más de esta inolvidable visita al Edificio Metrópolis…

Foto con Juan Carlos, de Carpetania Madrid

 

Circulo de Bellas Artes visto desde el Metrópolis

Edificio Grassy visto desde el Edificio Metrópolis

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