Un restaurante espectacular en Madrid: El Abrazo de Vergara.

En esta entrada vamos a hablar de El Abrazo de Vergara, no, no me refiero al acuerdo al que llegaron carlistas e isabelinos que sirvió para finalizar la Primera Guerra Carlista, sino a un restaurante muy especial situado muy cerca de  Plaza de Oriente al que vamos de vez en cuando y que nunca nos ha decepcionado.
En este caso, podrás reservar directamente desde la página web o desde Eltenedor.es, que siempre es útil saberlo ya que a mí, personalmente, me da pereza ir llamando (es una chorrada, lo sé). 
Se trata de un pequeño local, separado en dos salas, una más grande, que da a la calle y otra más pequeña donde se encuentra la barra donde sirven las bebidas y donde caben tres pequeñas mesas. En total habrá unas quince mesas, por lo que conviene reservar si vas en días festivos, ya que suele estar siempre lleno. También, si puedes, pide la que da a la calle, ya que tiene grandes ventanales y es bastante más acogedora.
Nada más sentarte, te reciben con un pequeño aperitivo, que en nuestro caso, por un detalle del encargado, fueron una papas arrugás, como explicaré luego. Esto da muestra de el trato que vas a recibir: el personal es siempre atento y te recomienda bien, sin dejar que te excedas en tu pedido. 
El menú es suficientemente variado para que todos los gustos encuentren su acomodo. Aquí a continuación os adjunto una fotografía con el mismo para que podáis verlo por vosotros mismos.

En nuestro caso éramos dos y nos apetecía picotear, por lo que pedimos unas croquetas de chipirones en su tinta, pulpo a la brasa y deconstrucción de huevos rotos con chistorra. Dado que yo tenía antojo de tomarme unas papas arrugás con dos mojos, pero ya era demasiado tomarse una ración entera, tuvieron el detalle de prepararnos una tapita para que no me quedara con las ganas. Tened en cuenta que las raciones son bastante generosas, por lo que hay que tener cuidado al escoger. También tienen una carta no demasiado extensa de vinos, pero muy interesante.
   
Como en todas nuestras anteriores visitas, todos lo que pedimos estaba absolutamente espectacular. Muchos de los platos son revisiones de clásicos, a los que les dan un toque muy personal y que nunca defrauda. Todo cuanto pruebes está cargado de sabor. Por si fuera poco, no se han conformado con los platos que le dieron la fama (las papas para mí son claramente las estrellas de su carta), sino que han ido innovando, sustituyendo e incorporando platos nuevos, cada uno de ellos digno de mención. Para nosotros, uno de los mejores restaurantes que hemos probado en Madrid y, además, seguramente el de mayor relación calidad/precio. Si todavía no lo has probado, no deberías esperar más y reservar.
Antes de que se me olvide, aunque no sean lo mejor de su oferta, los postres también cumplen a la perfección. Nosotros elegimos entre todos ellos el brownie con frutos del bosque, en sopa de chocolate blanco.