Revista Arte

Un romance sefardí en Fuente Obejuna

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Dame la mano paloma
para subir a tu nido,
me han dicho que estabas sola
y a acompañarte he venido.
Subí al jardín, corté una flor,
la más hermosa no tiene olor,
y si lo tiene yo no lo sé,
dame la mano y te lo diré.

Desde que me mantuve en pie y supe dar dos pasos, recuerdo haber jugado en Fuente Obejuna al corro con esta cancioncilla.

Formábamos dos corros concéntricos que, girando cada uno en sentido contrario, nos íbamos dando las manos de forma trenzada: a este la derecha, al siguiente la izquierda, así sucesivamente, como en el juego de "los cordones". Y yo lo jugaba una vez y otra, como imagino que lo hacían los demás niños del pueblo, sin preguntarme cuántas generaciones habían disfrutado de él o hasta cuándo se remontaba aquella tradición. Deseo fervientemente que este juego que hoy espolea mis recuerdos se siga practicando en Fuente Obejuna por los niños de hoy.

Pasaron los años, mi familia salió del pueblo de mi feliz infancia con otro destino y perdí el contacto con esta canción durante largo tiempo. Ni en Pozoblanco donde pasaba las vacaciones con mi abuela, ni en el colegio Calasancio de Córdoba donde estuve interna, ni en el colegio de monjas de Ciudad Real, ni en otros pueblos donde viví, ni en Madrid -ya casada- vi que mi hija lo jugara en su colegio o con sus amigas. Esta cancioncilla sólo permanecía en mi recuerdo asociada a Fuente Obejuna y, a veces, me sorprendía tarareándola porque nunca la olvidé.

Pero, un día de 1983 en que seguía con gran interés un documental en televisión sobre los judíos hispanos que por los edictos de 1492 y 1496 fueran expulsados de España, oí este mismo romance en labios de una anciana de Bulgaria, a quien el periodista rogó que cantara alguna cosa que le evocara al país que ella amaba sin conocerlo. En ese instante descubrí que los niños de Fuente Obejuna jugábamos con una canción que databa, al menos, del siglo XV, y también se me ocurrió pensar que tal vez aquella mujer fuera descendiente de judíos que tuvieron su cuna en nuestro pueblo o su entorno. Confieso que en aquel momento me emocioné hasta las lágrimas: la anciana la cantaba con veneración.

¿Existió en la Edad Media una comunidad judía en Fuente Obejuna? Probablemente; hay constancia de que, tras los pogromos de 1473 en Almodóvar del Campo, Andújar y la Cruz del Rastro de Córdoba, numerosas familias judías se asentaron en áreas de los Valles de los Pedroches y del Alto Guadiato, porque hubo épocas en que Belalcázar, Fuente Obejuna[1] y sus aldeas no obedecían a la Inquisición de Córdoba, sino a la de Llerena (Badajoz), y sentíanse a salvo al cambiar de jurisdicción. Años después, los judíos mellarienses[2] apoyaron a Córdoba contra el Comendador de la Orden de Calatrava (el ajusticiado por el pueblo y cuyos hechos quedan reflejados en "Fuenteovejuna" de Lope de Vega) y, antes de la revuelta, se refugiaron también en la aldea de Posadilla, fundando una explotación comunal.

Asimismo, poseemos datos de conversos del siglo XVI, como de uno que poseía tierras en el término de Fuente Obejuna por ser hijo del cristiano nuevo local Francisco Díaz de Morales; o del converso Alonso Sánchez de Arias, mercader de lanas que acaparó en Fuente Obejuna y Hornachuelos 8.000 fanegas de tierra realenga para cría de ganado lanar y así poder controlar la materia prima[3]. También tenemos noticia del inventario anejo al testamento del año 1580 del jurado D. Antonio de Córdoba (converso), en el que consta entre sus bienes un censo de 3.750 maravedís que cobraba de dos vecinos de Fuente Obejuna. Por entonces, con beneplácito de la Mesta, el precio de la lana se fijaba en nuestro pueblo; este era un negocio que antes de los edictos de expulsión acapararon los judíos y, después, los conversos.

Más de cinco siglos han transcurrido desde que los judíos expulsados se establecieran en especial en dos áreas mediterráneas: una, bajo dominio otomano entonces (hoy Turquía, Grecia, Bulgaria, Bosnia, Serbia y Croacia), y otra, el norte de Marruecos. Su denominación "sefardíes" proviene del topónimo Sefarad, nombre con que se cita a España en la Biblia, en el libro del profeta Abdías. Mantuvieron los sefardíes con tesón la lengua hablada en las distintas regiones de la Península Ibérica donde habitaron antes de su éxodo. Así preservaron los rasgos lingüísticos que caracterizan al Judeo-español y el uso de términos arcaicos y expresiones que entre nosotros hoy son obsoletas, y en especial los romances, coplas y cantigas.

Ese repertorio literario y musical de los judíos de la España medieval (con influjo también de cristianos y musulmanes hispanos) los acompañó en su diáspora, transmitiéndose oralmente de generación en generación. Nos han llegado romances interpretados por hebreos sefardíes de Turquía, de Salónica, de Marruecos, generalmente ancianos o como dicen ellos, "muy aedados". Y fueron las mujeres las más celosas preservadoras de la tradición, quienes, casi con devoción religiosa, la transmitían como coplas de bodas; y así hacían con la totalidad de la herencia cultural legada por Sefarad.

No todos esos romances han pervivido en España. Pero los sefardíes los conservan porque su nostalgia les impedía perder nada de lo que les ataba a su llorado país. Lo que se cantaba en Andalucía, Castilla o Aragón se canta aún en Sofía, Salónica, Estambul, Alejandría y Tánger. Pero cinco siglos de evolución cultural independiente dejaron su huella y, como los sefardíes cuidaron su patrimonio heredado con esmero, en Oriente siguen sonando como eran y más libres de deformaciones que los cantados por españoles; de este modo, gracias a las versiones sefardíes, se pudieron restaurar textos ya degenerados en España ( Romancero sefardí de Máximo José Kahn[4]). " El sefardí pone más pasión en la ejecución de los antiguos cantares. En el fondo de su alma, anhela regresar a la gran patria perdida, y canta con nostalgia. La nostalgia impregna cada palabra. El alma anhelante contempla la pérdida de un texto como un pecado contra la propia autoestima "(M. J. Kahn). Otra variación del romance que ha inspirado este escrito:

Dame tu mano paloma
Para suvir al tu nido
Maldicha ke durmes sola
Y vengo a durmir contigo.
Esta serena está loca
Quiere ke la quiera yo
Ke la quiera su marido
Ke tiene la obligación.

Esta versión se canta en regiones sefarditas de Turquía y Salónica. En España pervive en la tradición gallega, fronteriza portuguesa y zonas de Andalucía. El romance que nos ocupa fue llevado hasta el Caribe por algún grupo de los expulsados en el siglo XV y se canta en puntos de Latinoamérica y como tema navideño en Puertorrico. Otra variante sobre el mismo:

Dame la mano paloma
para subir donde ti
a ver tu sueño tan dulce
cuando te echas a durmir.
Abre tu ventana paloma
quiero suvir al tu nido,
lástima que durmes sola
y durmiré yo contigo.

Respecto a mí, la impresión que me conmovió al oir la canción de mi infancia en labios de una anciana de Bulgaria me urgió a pintar un cuadro sobre aquel asunto (entonces yo pintaba más que escribía), cuadro que titulé " Romance del sefardí errante" -en el que el candelabro de siete brazos ( menorah) se convierte en árbol, y la estrella de David, en nido- y que uní al católogo de la exposición que realicé en Toledo en el año 1992, año en que se conmemoraba el 500 aniversario del primer edicto de expulsión de los judíos españoles, decretado por los Reyes Católicos en 1492. Fue mi pequeño homenaje a nuestros sefardíes en fecha tan señalada.

- El Romancero Sefardí.- Salónica 1937-1938, de Máximo José Kahn.- Edic. de Jesús Antonio Cid.- Fundación Ramón Areces y Fundación Ramón Menéndez Pidal. Madrid, 2019.

- El repertorio sefardí en sus géneros poéticos-musicales, de Susana Weich-Shahak (Jewish Music Research Center/Hebrew University Jerusalem).- Cuadernos de Estudios Gallegos, LVI - Nº 122, diciembre 2009.

- El problema Converso en Córdoba: el incidente Cruz del Rastro, de Margarita Cabrera Sánchez.- III Jornadas Hispano-portuguesas de Historia Medieval.- Cª de Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla, 1997.

-El Cancionero de Baena, Juan Alfonso de Baena.- Alicante: Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, 2008.

- Romances y cantigas sefardíes, de Alberto Hemsi.- Conferencia de este Académico en la sinagoga del Tránsito.- Toledo, mayo 1971.

[1] - En Posadilla (aldea de Fuente Obejuna) se acogieron familias judías huídas de Córdoba tras los sucesos de la Cruz del Rastro, según Madrid del Cacho; afirma que perviven en la aldea muchos nombres bíblicos en la actualidad. (Fuentes: G. Aguilera, Ossorno...)

[2] - Mellariense, gentilicio aplicado a los habitantes de Fuente Obejuna (Córdoba); su nombre romano fue Fons Mellaria.

[3] - "Córdoba en el siglo XVI", de J. J. Fortea Pérez.

[4] - Máximo José Kahn fue Cónsul de España en Salónica durante la guerra civil española.


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