Revista Educación

Un tenso y creíble interrogatorio

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Que vivan las películas de menos de noventa minutos. Upon Entry (La Llegada) es un thriller sin escenas de acción ni giros oscuros y dramáticos (más allá del final) que consigue conectar con los espectadores porque es tenso y creíble, sabemos que cualquiera de nosotros podría estar en esa situación (salvo los nacionalizados estadounidenses, supongo). Cuando alguien me pregunta cómo es que no he ido nunca a Nueva York, además de los pertinentes razonamientos económicos, suelo comentar que mi principal miedo es que me retengan en el aeropuerto, como le ha ocurrido a dos de cada tres personas que conozco que han viajado a EEUU. No me hace ninguna gracia que me retengan dos horas en un lugar apartado de mi compañía de viaje, sin cobertura, con pocas ganas de responder preguntas por mucho que sea inocente. Y ahí está la película que ha hecho realidad mis pesadillas, y eso que los protagonistas llegan al aeropuerto con sendas visas legales.

Alberto Ammann y Bruna Cosí firman dos interpretaciones magistrales en una película con poca ayuda actoral y de acción, porque la mayoría del tiempo pasa en una sala y con el único apoyo de los dos agentes de aduanas, que son, justo, sus verdugos. Son perfectas esas caras que ponen de incredulidad ante preguntas íntimas y humillantes de unos agentes que se saben poderosos, con todas las de la ley no sólo para decidir el futuro de los protagonistas, sino para sembrar la duda entre ellos. La película no sólo supone un ejercicio de empatía hacia los migrantes y la continua zambullida en burocracia e investigación de sus vidas hasta lo más profundo, sino que te lanza a la cara que, oye, tú, europeíto de a pie, también puedes encontrarte ante un interrogatorio semejante, que cuestione tus ideas y emociones, en poco más de setenta minutos.


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