Un traidor como los nuestros, Historia de mafia y traiciones sin chispa

John le Carré lleva varios años siendo una fuente inagotable de historias con buena narrativa cinematográfica, este caso que nos ocupa vuelve a ser un buen ejemplo, sin llegar a ser la mejor ni más compleja de sus historias, muy lejos de sus mejores adaptaciones como "El jardinero fiel", "La Casa Rusia" o la magnífica serie "El infiltrado" (con la que tiene ciertos paralelismos evidentes), "Un traidor como los nuestros" no deja de ser una historia sencilla, llena de estereotipos con unos muy buenos actores.

Poster

"Un traidor como los nuestros" es la nueva película basada en una historia de John le Carré, un creador prolífico de historias que se convierten en películas de suspense y espionaje. En este caso la historia se centra en un contable ruso (Stellan Skarsgård) de una de las grandes organizaciones mafiosas que debido a que ve su futuro y su familia en peligro decide traicionar a sus jefes. Un desconocido que no tiene nada que ver con este mundo (Ewan McGregor), profesor de Universidad en Londres, será su herramienta para poder contactar con el gobierno británico y llevar a cabo esta negociación que permita sobrevivir a la familia del contable y a él mismo, bajo esta premisa se desarrolla toda la trama.
La pareja ajena a la situación

Completan el grupo de protagonistas la bella Naomie Harris (la nueva MoneyPenny de la saga Bond) en un papel muy sencillo y que podría aprovecharlo más, así como el magnífico Damian Lewis ("Homeland", "Life") en un papel que es de los pocos que muestra un poco de emoción y evolución durante la película. Por último aparece Jeremy Northam, un clásico del cine inglés en uno de sus papeles ya vistos.

Desde luego se trata de un Thriller solvente pero que no acaba de deslumbrar, una historia que sin llegar a sorprender funciona, pero que posee varios aspectos que no acaban de cuajar, la historia del contable de la mafia y sobre todo el personaje de McGregor no dejan de ser algo extrañas, por su simpleza y por cómo se fomenta una confianza profunda de la nada, y sobre todo porque el desenlace está carente de sorpresa o emoción.

En la parte técnica destacar los magníficos paisajes y buenas localizaciones que recuerdan a los mejores momentos de las películas de Bond o Bourne, visitando Marruecos, Paris, Londres, Los Alpes y mostrando un gran lujo y despliegue visual, además de permitirnos implicarnos más en todos y cada uno de los momentos permite a la historia aumentar en su ritmo narrativo y darle mayor dinamismo.

En resumen, se trata de una película entretenida sin más, resultona pero que posee múltiples defectos, el principal, que no sorprende, además de tener algunos fallos argumentales bastante evidentes, ser muy típica y tener un desenlace sin sentido, que pierde toda la gracia en la penúltima escena, que supuestamente debería ser la más emocionante y que esperamos con ganas desde cierto momento. Es decir, sólo para fans de cine de espías pero que perfectamente se puede disfrutar en casa sin el desembolso que supone ir al cine.

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