Revista Educación

Un visionario que cumple doscientos años

Por Siempreenmedio @Siempreblog

No es la primera vez que hablo de este hombre en el bosque. Tengo predilección por él, por sus libros, por la espiritualidad y el reposo que me inspiran y, sobre todo, porque fue un visionario en cuanto a la relación entre el hombre en progreso y la Naturaleza. Esta semana, se ha conmemorado (poco, la verdad) el segundo centenario del nacimiento de Henry David Thoreau , escritor y naturalista estadounidense que presumo no está en nuestros planes educativos, aunque nos haría a todos más felices conocer su filosofía de vida y su obra. Defendió los valores democráticos, luchó contra la esclavitud, estableció una relación personal con la Naturaleza y auguró, hace dos siglos, que el sistema productivo acelerado y masivo nos llevaba a la enfermedad, a la nuestra y la del entorno que nos alimenta.

Y no clamó al desierto desde la comodidad de un ciudadano de posibles, sino que en 1845 se mudó a la laguna de Walden, donde construyó él mismo la cabaña en la que vivió durante dos años, con sus nevadas invernales incluidas. Sus experiencias las recogió en Walden, quizás su libro más famoso, donde reúne las reflexiones que sobre la vida y el mundo le granjeó la soledad buscada en plena Naturaleza. Si hoy levantase la cabeza, estoy segura que Thoreau querría volver de inmediato al bosque, horrorizado de la evolución de la sociedad capitalista más salvaje y de los discursos de aquellos que niegan el cambio climático y el efecto negativo del hombre sobre el medioambiente.

Un visionario que cumple doscientos años

Portada de Walden, editado por Errata Naturae.

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