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Una comedia de una noche, Sin Compromiso.

Publicado el 05 mayo 2016 por Maresssss @cineyear
Publicado en opinamos / por / el 5 mayo, 2016 a las 8:17 am /

Sin compromiso” es una comedia dirigida por Ivan Reitman (director de los Cazafantasmas originales, productor de las Cazafantasmas aún por llegar) y protagonizada por Natalie Portman y Ashton Kutcher, estrenada en el 2011.

Me parece que hay dos actitudes con las que alguien puede decidirse por ver una de esas películas de título tal que “Sin compromiso”, con una chica y un chico sonrientes, a medio vestir, en el cartel.

Una comedia de una noche, Sin Compromiso.

Una supongo que es la que sencillamente busca pasar un rato divertido y desenfadado; te apetece comedia y esta película no va a requerir de ti más que te recuestes y disfrutes de la que será sin duda una loca, ligera y alborotada historia de amor.

La otra manera es la misma, sólo que tal vez va un poco más allá; “vamos a ver si esta película habla de este tipo de situación sentimental por la que yo estoy pasando en este momento, y consigue arrojarme algo de luz o, simplemente, provocarme una pequeña catársis”. Eso que nos pasa cuando estamos enamoradetes y no nos apetece más que ver “El Diario de Noa” una y otra vez.

Películas como “Playboy” o “Up in the Air”, por ejemplo, tratan ese inagotable tema de las relaciones sentimentales estables en contraposición con el deseo insaciable de ser un ejemplar soltero y activo que reside entre las necesidades de un buen número de personas en nuestra sociedad. Una película titulada “Sin compromiso”, que parece prometer sumergirse en este drama del “asentarse o no asentarse, he ahí la cuestión”, tan de actualidad y que tan potencialmente logrará que más de uno y una se sientan identificados, se queda no obstante en una cinta exclusivamente diseñada para satisfacer la primera opción: la de que te sientas a verla porque te apetece sólo divertirte un poco y pasar el rato.

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No es que resulte una decepción, pero podría haber sido una comedia entretenida que, además, añade algún valor al tema en cuestión, que sólo la comedia entretenida que resuelve sus flecos sueltos por la vía del gag disparatado y no se arriesga demasiado en cerrar de un modo que guste a todo el mundo. Menos a mí, pero no te cuento por qué para no hacerte spoiler.

La inverosimilitud de algunos elementos y la caricaturización, en su punto, de los personajes alejan la posibilidad de una verdadera empatía hacia algunos de ellos y, más relevante, hacia la situación en que se ven inmersos (a no ser, claro, que tú también seas hijo de un actor famoso venido a menos, clon de Charlie Sheen y que da por legítimo salir con tus ex novias). A diferencia de cintas como las mencionadas antes, “Sin compromiso” se decide por la frecuencia más cómica, esbozando tan solo los conflictos lógicos de la situación amorosa planteada sin profundizar con demasiada crudeza en sus consecuencias o implicaciones reales.

Tampoco entre los protagonistas se desprende la sensación de conexión suficiente como para transformar la ausencia de compromiso, mera atracción sexual, en algo más trascendente. No es que no dé gusto verlos, pero tampoco se nos va la vida en ello. Personalmente, no hubiera protestado en absoluto si la trama se hubiera volcado en prestar mayor atención a ciertos secundarios hasta convertirlos en co-protagonistas: sus historias me parecían, al menos, tan interesantes como la principal.

En conclusión, digamos que acaba optando más bien por la redondez de una comedia buena, correcta, entrañable a su modo, que por una búsqueda, insisto, de la catársis con el espectador que piensa “esto me ha pasado a mí”.

Así que si estás en ese momento sentimental no busques en esta película siquiera un poco de alivio comprensivo. Mejor me das un toque, nos tomamos unas cañas y me cuentas tu drama. Sin compromiso.

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