Revista Cultura y Ocio

Una cuestión de tiempo

Publicado el 28 abril 2016 por Águeda Lorena García González @aguedlgg
Una cuestión de tiempo

El tiempo es relativo. Ni poco ni mucho. Es uno mismo quién le da un valor y lo usa como le conviene, le parece o siente.

Para muchos un día sin verte es una eternidad y para otros una semana equivale a 5 minutos.

Para muchos, un mes es sinónimo de amor verdadero y para otros 5 años no es tiempo suficiente para comprometerse.

¿Por qué existen percepciones tan distintas del tiempo?

Pero si el tiempo es objetivo (además de relativo), una hora siempre tendrá los mismos 60 minutos... Ni uno más y ni uno menos.

Pues bien, sin llegar a ser experta en la materia, ni en física cuántica, puedo aseverar que el tiempo siempre es largo para el que espera y no necesariamente porque su reloj vaya adelantado y por eso le toca esperar...

Cuando uno espera que le llamen y no le llaman...el tiempo no pasa... En cambio, esa persona que se supone "tiene que llamar" no tiene la misma percepción y ni siquiera le parece que tenga importancia si te llama o no te llama hoy o la próxima semana.

Cuando uno espera que le propongan una cita... La espera puede ser eterna o no serlo para el que ni siquiera se ha planteado proponerla porque le parece demasiado pronto.

Si una de las premisas fundamentales para que una relación funcione es que ambos tengan claras sus ideas, que los dos quieran verse o compartir tiempo juntos... a esas premisas fundamentales hay que añadir como elemento necesario "la percepción temporal".

Si yo necesito verte 3 veces por semana y tú puedes soportar no verme en 15 días... Nuestro concepto "ganas de verte" no significa lo mismo.

Si yo quiero pasar una tarde contigo y tú crees que con vernos una hora ya es suficiente, porque una hora para ti es bastante... Entonces nuestros relojes no marcan los mismos segundos.

Y si no marcan la misma hora...Uno de los dos llegará tarde.

Llegará tarde porque el otro ha esperado suficiente (lo que para él es suficiente) esa llamada, esa cita o ese "te quiero".

Lo peor es que siempre juzgamos al que lleva el reloj en hora, porque pensamos que quizás vaya deprisa y que "las cosas de palacio van despacio"... Que no tiene paciencia y que lo quiere todo ya.

El término medio es quizás una de las cosas más difíciles de conseguir... Si hay diferentes percepciones en el tiempo ¿Quién es el que se adelanta o se retrasa? ¿Quién cede?

Solemos decir: ten paciencia, es cuestión de tiempo... ¿Pero por qué seguir el reloj del que a nuestro parecer va más lento? ¿Tiene más valor su tiempo que mi tiempo?

A lo mejor, para mí ya es tiempo de definirse...Pero tengo que esperar al otro.

Una cuestión de tiempo

A lo mejor para mí ya es tiempo de hacer algo con esa persona más allá de tomarme un vino una vez a la semana... Pero como el otro va más lento... La que tiene que adaptarse soy yo, a su percepción del tiempo.

El otro día expliqué gráficamente la delgada línea que lo separa todo...

Esa línea del tiempo donde si no se actúa, si no se define, si no se entrega, si no hace nada... Pasado ese tiempo ya no importa lo que haga.

Todos tenemos un momento en el que queremos las cosas, en el que esperamos los hechos y de repente y sin saber cómo... Nuestro reloj empieza una cuenta atrás y traspasada la barrera del momento... Uno ya no quiere nada porque ya se le paró el reloj.

Me pregunto si tener un reloj que marca los minutos de otra manera es bueno o es malo, si mis minutos valen menos que los de la persona que tengo al lado... Incluso me pregunto si la espera por encajar en el reloj del otro vale la pena.

Definitivamente no.

No vale la pena luchar contra uno mismo... Ni yo puedo ir más rápido ni el otro más lento.

El que tenga que esperar se va a impacientar y el que tenga que correr se agobiará...

Nuestros trenes no van a cruzarse nunca porque nunca saldrán a la misma hora, aunque estemos en el mismo lugar.
Una cuestión de tiempo

Lo único que puede hacer que los relojes marquen la misma hora y que podamos conectar es algo que por desgracia es fundamental... Las ganas de encajar.

Ya puedes tener un reloj suizo de 30.000€ que si te faltan "las ganas" mi tiempo y tu tiempo jamás coincidirán.

Por lo tanto, ni el tiempo, ni el espacio, ni el lugar.... Son las ganas las que mueven este mundo, nada más.

Tengo una amiga que tiene un novio en China (en la China de verdad) y se ven más que otros que viven en el mismo lugar... Porque tiene más ganas el que está en la China de ver a su pareja que el que vive en tu pueblo pero "siempre tiene lío" y tú, te tienes que esperar.

La culpa de todo la tiene ese botón que se activa en nuestro cerebro...que dice: Ya no aguanto más. No tengo que esperar a que al otro le "vengan las ganas" a que el otro se sienta cómodo y preparado, porque mientras él se pone cómodo soy yo, la que se empieza a "incomodar".

Pero tampoco puedes obligarte a esperar, porque tú no lo quieres el mañana, ni el mes que viene, lo quieres y lo necesitas ya...

Y te preguntas: ¿Que hubiera pasado si hubiese esperado más?


Volver a la Portada de Logo Paperblog