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Una deslumbrante Alemania

Publicado el 14 julio 2014 por Futbolgol
schurrle alemania chelsea leverkusen

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Artículo escrito por Guillermo Fernández:

Hoy es un día extraño. Es el día después de que Brasil haya caído por 1-7 en su casa frente Alemania en las semifinales de un Mundial. Un día para pensar en frío y reflexionar acerca de lo sucedido.

Pues bien, en este artículo vamos a hablar sobre todo de Alemania. De Brasil hay poco que decir. Ya había poco que escribir y mencionar antes de las semifinales y ahora lo hay todavía menos. Un equipo sin alma, desprovisto de esa intensidad que le había llevado a competir a pesar de su rácana propuesta se vio abocado al único final posible con esta situación: el bochorno.

Alemania es todo lo contrario. Es digno de mención lo curioso que es el fútbol. Alemania pareció Brasil y Brasil pareció Alemania. El equipo de Joaquim Löw, un seleccionador sobresaliente, ha sabido adaptarse a los tiempos y a los jugadores que han ido emergiendo para convertirse en una auténtica potencia llamada a dominar los próximos campeonatos a todos los niveles. Löw, un declarado amante de la selección española incluso tras las últimas derrotas frente al combinado nacional, ha querido implantar ese fútbol que tanto le agrada con sus propios matices para convertir a Alemania en un equipo realmente brillante.

Alemania tiene cosas de Luis, de Guardiola, de Vicente Del Bosque y, sobre todo, de Joaquim Löw. Porque él llegó y decidió apostar online por cambiar el estilo. Le dio la batuta en su momento a Özil y ahora a Kroos, buscó la asociación por encima del juego directo, mezcló la paciencia con la verticalidad y, después de un ciclo en el que el equipo maravillaba pero no ganaba, Alemania vuelve a estar en la final. Y no de cualquier manera.

Es aquí donde reside la grandeza de esto. A Scolari, al frente de la mayor potencia mundial de fútbol, le valía con ganar de cualquier manera, a Löw no. Bendito fútbol, tan injusto a veces y tan esclarecedor en otras. Alemania disfruta jugando y hace disfrutar. La armonía preside el juego del equipo y, cuando no están a su mejor nivel, se refugian en el balón, defienden con él. Generalmente el que tiene más tiempo el balón es el que más opciones tiene de ganar un partido a pesar de lo que dice esa corriente que ahora va contra la posesión y demás forofismos inevitables en esto del fútbol pero a los que nos gusta esto nos gustaba el FC Barcelona de Guardiola, nos ha gustado la selección todos estos años y nos gusta esta imparable Alemania. Todos los estilos son válidos, todos los matices aceptables pero, como aviso a navegantes, cabe destacar que, por ejemplo, el Madrid de Ancelotti también suele ganar la posesión en la mayor parte de los partidos.

Pasando al análisis del juego alemán, lo cierto es que está lleno de riqueza. Todo empieza en un portero valiente, siempre fuera de la portería en auxilio de sus lentos centrales y con una personalidad tremenda. A partir de ahí, la orquesta funciona a la perfección. Todo el mundo se mueve, todo el mundo participa. Cuando la presión rival es buena y la salida se atasca los laterales aparecen (esa palabra tan importante en el fútbol) por dentro y los extremos vienen por fuera superando los problemas con una facilidad pasmosa. La movilidad de Kroos, Khedira y Schweinsteiger genera, no sólo que reciban el balón para generar fútbol, sino que abre líneas de pase para sus compañeros y desestabiliza la organización rival. Por dentro o por fuera, aparecen en zona de creación, en tres cuartos para filtrar un último pase y arriba para rematar siempre manteniendo el equilibrio. Dos goles anotó Kroos y uno Khedira de los siete que sumó ayer Alemania. Tremendo. Arriba Klose ejerce de ‘boya’ en la que todos se apoyan para generar superioridades y por fuera Özil y especialmente Müller son puñales que no cesan en su empeño de aparecer constantemente en el juego de su equipo siempre bien apoyados por los laterales. El extremo del Bayern de Múnich no es un diez en nada pero te da todo. El primero en la presión, siempre tirando desmarques en apoyo o en ruptura, en horizontal o en diagonal, su producción para el equipo es bestial, absolutamente necesaria.

Pues bien, si a todo esto le sumas la calidad que tienen todos los integrantes del equipo el resultado es el observado. Este Mundial es de Alemania por la definitiva madurez que ha adquirido esta generación en todos sus jugadores. Antes jugaban bien pero siempre faltaba algo. Ahora este equipo lo tiene todo. Sólo un partido les separa de la gloria. Estaremos atentos.


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