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Una Escuela Universitaria para la pandilla

Publicado el 14 abril 2010 por Kotinussa

Aviso: Este post contiene una gran cantidad de cifras y porcentajes. Puede resultar aburrido para muchos, pero me pareció importante ofrecer los datos más exactos posible, a fin de dar la dimensión real del ¿problema? que se plantea.

Cádiz es una provincia pequeña: tiene una extensión de 7.436,67 kilómetros cuadrados y una población en 2009 de 1.230.594 habitantes. A pesar de eso, si uno visita la página de la Universidad de Cádiz, se encuentra con que pueden estudiarse, sin salir de ella, un gran número de titulaciones. Y eso que el número de estudiantes universitarios en la provincia de Cádiz es bastante escaso. No olvidemos que el abandono escolar en Andalucía se cifra, según datos de la UCA, en un 38%, ocho puntos por encima de la media española. Si a esto sumamos:

a) que las cifras para la provincia de Cádiz, desgraciadamente, no son menores que la media andaluza (en el mejor de los casos, similares, y en el peor, mayores).

b) que ese dato se refiere a aquellos alumnos que ni siquiera terminan la ESO, hacemos una reducción para quedarnos con los que terminan bachillerato, y una segunda reducción para llegar a los que tienen intención de empezar estudios universitarios,

y nos encontramos con una realidad bastante deprimente. El número de alumnos que llegan a la Universidad es muy, muy reducido. Y cada vez más. Hay facultades de nuestra Universidad que se han planteado el cierre, porque se ha dado el caso de que en el primer curso de alguna carrera se matriculen menos de 20 alumnos.

A pesar de todo eso, la oferta universitaria se mantiene en unos niveles muy superiores a la demanda. Probablemente, si no se ofreciera tal abundancia de titulaciones, algunas de las cuales tienen bastante poco futuro, los estudiantes se concentrarían un poco más en algunas carreras, permitiendo rentabilizar mejor unos recursos bastante escasos.

Por ejemplo, en una provincia tan pequeña se puede estudiar la Diplomatura en Enfermería en cuatro lugares: dos en Cádiz, uno en Jerez y otro en Algeciras. No está mal, pienso yo.

Pues bien, en la zona de la sierra de la provincia de Cádiz existe un pueblo, Villamartín, con un término municipal de 210 kilómetros cuadrados y una población (para todo el término municipal, por supuesto) de 12526 personas. De esa población, un 25% (o sea, aproximadamente unos 3,000) son menores de 20 años. No tengo datos para calcular cuántos de ellos son jóvenes dispuestos a emprender estudios universitarios, pero si tenemos en cuenta todo lo referido anteriormente, la cantidad debe ser bastante escasa. Y más escasa todavía llegar a la cifra de los que quieren obtener la Diplomatura en Enfermería. ¿Quizás 15 ó 20?

Desde hace varias semanas, en la calle principal de la zona comercial de la ciudad, ante el edificio del Rectorado, en determinados días se sitúan como una docena de jóvenes, con su pancarta desplegada, repartiendo octavillas a diestro y siniestro. El motivo de todo este despliegue es que exigen a la Universidad una Escuela Universitaria de Enfermería para Villamartín. Ignoro si son capaces de calcular la cifra necesaria para mantener un centro de estudios de ese tipo. No basta con dos o tres aulas. Hacen falta laboratorios, clases prácticas, un claustro de profesores bastante extenso,  conserjes, personal administrativo, etc.

Teniendo en cuenta que tienen a Jerez de la Frontera a una distancia bastante asequible (yo me desplazo todos los días, para trabajar, a una distancia similar), y que desde Villamartín a Jerez hay una carretera estupenda y 16 autobuses diarios, no veo tan descabellado que si un puñadito de personas quiere estudiar Enfermería acudan diariamente allí.

Está claro que a todos nos gustaría tener todo lo imaginable a un tiro de piedra de nuestra casa pero esto me parece ya rizar el rizo. Hemos acostumbrado a la gente a una excesiva comodidad y oferta de todo, muy por encima de lo que nuestros recursos y el sentido común aconsejan.

Eso sí, la distancia de unos kilómetros puede utilizarse como una estupenda excusa para no estudiar. Y para presentarse como una víctima porque uno ha nacido a nada menos que unos 40 minutos del lugar donde se encuentra lo que se quiere estudiar. Como si no fuera ya para darse con un canto en los dientes por eso.


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