Revista Ciencia

Una estrella de neutrones expulsada de la Vía Láctea

Publicado el 14 agosto 2019 por Astronomy

Hace unos aproximadamente uno 10.000 años una tremenda supernova creó el un remanente nebular, el llamado CTB 1, que no solo destruyó su estrella masiva sino que lanzó su núcleo, una estrella de neutrones recién formada, en dirección a las afueras de la Vía Láctea. Fue un tremendo disparo cósmico.

La estrella de neutrones, es espectacular, gira 8.7 veces por segundo,  viaja por el espacio a más de 1,000 kilómetros por segundo y ya ha dejado el remanente de supernova, e incluso es lo suficientemente rápida como para abandonar nuestra propia galaxia.

Una estrella de neutrones expulsada de la Vía Láctea
En la imagen, el rastro es visible en la parte inferior izquierda de la remanente de supernova. La imagen es una combinación de imágenes de radio de los observatorios de radio VLA y DRAO, así como datos archivados del observatorio infrarrojo en órbita IRAS de la NASA. Créditos de la imagen: F. Schinzel et al. (NRAO, NSF), Encuesta canadiense del plano galáctico (DRAO), NASA (IRAS); Composición: Jayanne Inglés (U. Manitoba) ⠀ 

Las supernovas pueden actuar como auténticos cañones, lanzando a las estrellas de neutrones como si fueran autenticas balas cósmicas. En el Universo cuando las estrellas muy masivas mueren, iluminan el cosmos con espectaculares y brillantes explosiones de luz y material, este fenómeno es conocido como supernova. Una explosión de supernova es uno de los eventos más violentos del Universo que llega a eclipsar el brillo de una Galaxia. La explosión de la una supernova libera gran cantidad de energía y luz en el medio interestelar. Una supernova también libera radiaciones de alta energía, los rayos gamma, que pueden ser muy perjudiciales para cualquier planeta cercano a esa explosión.

El brillo de la explosión de una supernova puede apreciarse durante mucho tiempo, y a lo largo de la historia de nuestro planeta hemos podido apreciar unas cuantas explosiones en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.

Las supernovas producidas en nuestra galaxia fueron observadas en el pasado por astrónomos chinos, europeos y árabes. Hay registros muy precisos de astrónomos chinos, en los que relatan la observación de una supernova en el año 185 dC, la que hoy conocemos como SN 185 (SN significa supernova y 185 es el año de la explosión). En 1006, los chinos y astrónomos árabes observaron una supernova muy brillante la llamada SN 1006. En el año 1054, se observó otra supernova  esta vez de enorme brillo que pudo verse durante el día durante muchos meses. Se trataba de la llamada SN 1054, conocida como la Nebulosa del Cangrejo. Las dos últimas supernovas observadas en nuestra galaxia fueron observadas por astrónomos europeos en 1572 y 1604, se trataba de SN 1572 y SN 1604, estas supernovas pudieron apreciarse a simple vista. SN 1572 fue observada por el Tycho Brahe en la constelación de Casiopea y SN 1604 fue observada por el gran físico Johannes Kepler.

Una estrella de neutrones expulsada de la Vía Láctea
 Nebulosa del Cangrejo (Imagen NASA)

Observar una supernova es el gran sueño de un astrónomo, es un evento espectacular pero sí ocurriera en alguna estrella cercana podría ser muy dañino para la vida en la Tierra. Esperemos que la próxima pueda verse pero a muchos miles de años luz de la Tierra.
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