Una fiesta de helados: el primer cumple de mi pequeño

Si, ya se que estas pensando en Halloween y que una fiesta de helados ahora ya no apetece. Ya se que voy tarde para enseñarte el cumpleaños de mi bebé, de ese que cumplió un año antes de que nos diéramos cuanta.

Se nos echó el verano encima, las vacaciones.... y estamos en Octubre y todavía no te había enseñado como lo celebramos.

Así que este mes, que es muy especial para mi, voy a compartir contigo los cumpleaños de mis pequeños, los que nacieron para traer el sol, las vacaciones y los días más largos.

Ahora que empieza el otoño, quiero compartir contigo esas fiestas de verano, en el campo y con poca ropa. Porque es ahora, que ya me siento todos los días a trabajar, cuando puedo encontrar tiempo para editar fotos... Las mismas fotos que necesito para completar su libro de firmas.

El libro de firmas en el que todos los asistentes le desean lo mejor para el resto de años que le quedan por vivir, por divertirse, por crecer... Y para el que todos los asistentes posaron junto que unos grandes helados para hacer las fotos más graciosas.

Así les recibíamos en nuestra casa (bueno, en la casa de campo de los abuelos). A la entrada, como a todo gran evento, se encontraban con el photocall. A cambio de llevarse a casa el recordatorio del primer año de nuestro bebé, les pediamos a nuestros invitados que le escribieran unas palabras en el libro de firmas y se hicieran una foto divertida.

Una foto que ya me encargaré yo de imprimir y de pegar cerca de su firma. Para poder guardar el recuerdo de nuestros invitados a la primera gran fiesta de nuestro pequeño.

Como otras veces te he contado, en anteriores cumpleaños, a pesar de ser en verano, siempre refresca. Por lo que para esta fiesta, decidimos no preparar mucha decoración. Total, se la lleva el viento y no nos luce nada.

Por eso mismo, diseñé unas guirnaldas que resultaran mucho más fáciles de montar y que aseguraran que, por mucho viento que hiciera, no se iba a apelotonar los banderines. Mostré un vídeo en instagram en su día para que vieras el truco.

Así fue, los banderines se mantuvieron intactos junto a nuestras luces de verbena, pero nosotros acabamos otro año más soplando las velas en la cochera.

Siempre invitamos a nuestros familiares y amigos a una merienda-cena. Con el fin de buscar un termino medio entre que no haga mucho calor y que los niños puedan pasárselo bien antes de que se acerque su hora del sueño. Así que servimos una cena fría en d os mesas largas que nuestros invitados pueden servirse y comer de pie.

Para que no se vuelen los aperitivos, los servimos en bolsas de papel kraft. Y ponemos los cubiertos a todo color en vasos. Jugando con esos colores acordes con la decoración. Para esta fiesta de helados, había muchos colores refrescantes: amarillo, verde, azul, naranja, rosa... Colores planos combinados con el blanco y las luces de verbena.

Después de la cena, los niños disfrutaron de helados de postre y jugaron con las pompas de los pomperos que preparamos personalizados con sus nombres para obsequiarles. Para los más pequeños fue muy divertido, su primer pompero lo recibieron en el cumpleaños del verano.

La pena es que no tengo fotos de los detalles, porque, sinceramente, no me da tiempo a fotografiarlo todo durante el transcurso de la fiesta. A ver si a la próxima tenemos presupuesto para un fotógrafo, ajeno a la fiesta, que se ocupe de captarlo todo ;)

Yo, de momento me conformo con guardar estos momentos en familia: La primera vela de mi pequeño y la mirada atenta de su hermano mayor sonriéndole y animándole a soplar.

Tengo dos soles que no me merezco! La próxima semana compartiré la fiesta de mi superheroe mayor. Nos vemos por aquí? :)