Revista Viajes

Una gran manzana y un murciélago, Nueva York

Por Diborja
Este pasado verano tuve que salir corriendo de Central Park, cientos de adolescentes me vieron e intentaron cazarme con su móvil. Jovenzuelos imberbes que piensan que soy un Pokémon...pero yo soy mucho más, soy un murciélago viajero y esta vez he estado en la que muchos llaman la capital del mundo, por ahora.

Una gran manzana y un murciélago, Nueva York

Vista del Empire State desde Top of the Rock

Llegar a Nueva York es una sensación curiosa para un murciélago videópata. Una y otra vez pensando...esto ya lo he visto. Pudo ser en alguna escena de Friends, algún rascacielos de Spiderman o en ese documental sobre comida basura. Lo primero que me llama la atención es la cantidad de gente que abarrota las calles, gente que se mueve y que no para, que llega a su trabajo en Wall Street con un vaso de Starbucks gigante y tarda más en subir en ascensor a su planta que en llegar a su edificio.
Una gran manzana y un murciélago, Nueva York
Me alojo muy alto y muy cerca del centro, en una cueva pequeñita pero muy limpia y organizada. Cada metro cuadrado de Manhattan cuenta y cuesta, cerca del barrio de Hell's Kitchen, barrio de superhéroes donde está el Yotel. El día empieza y NY espera con muchísimas cosas por hacer, es difícil concentrar todo en los cinco días que estaré por aquí pero os voy a intentar contar las cosas que más me impactaron y que no deberíais perderos.
Tanto el Empire State como subir al Top of the Rock son un clásico básico, cada uno te dará algo distinto. El primero, el glamour del edificio más emblemático y bonito de Manhattan y el segundo unas vistas privilegiadas del pulmón, bien necesitado, de la ciudad, Central Park. Sus contras, el primero suele estar bastante más lleno y se recomienda subir de madrugada cuando otros turistas ya lleven durmiendo un rato. Además, hay muchos imprudentes que quieren hacer fotos con sus tablets de 10 pulgadas sacando las manos por la rejilla...yo de ser humano, andaría con ojo al pasar por debajo, igual te cae un Galaxy del cielo. En cambio en el Rockefeller nos podemos olvidar de las colas puesto que está muy bien organizado, y para bien o para mal, hay un cristal que no nos permite flotar sobre el vacío. Como murciélago recomendaría los dos, uno por la noche y otro de día, pero sé que mi temeroso amo prefirió el segundo.

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Noche desde el Empire State

Un paseo y una caminata desde Brooklyn, en mi caso vuelo. De buena mañana llegar al Dumbo Park ya sea en barco o en metro, para conseguir la mejor instantánea de la isla de Manhattan. Después, respirar hondo y emprender el camino de vuelta cruzando el puente de Brooklyn. Paseando por Wall Street, sin tocar los huevos al Toro. Subir por Little Italy oliendo a Pizza, por ChinaTown oliendo a noodles y acabar en el moderno High Lyne Park y en el estadio de Madison Square. Sin duda, un día completo para valientes en forma.

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Todo listo para un buen paseo

Una cena en el Ellen's Stardust, aunque penséis que hay mucha cola, termina mereciendo la pena por escuchar las jóvenes voces que pronto irán a Broadway y la pasión que le ponen al asunto. Además de comer una buena hamburguesa, claro está. El resto de comidas, no os voy a engañar, necesitaréis una desintoxicación al llegar a casa. Un simple plátano en NY es un tesoro de salubridad tal que pocas personas pueden poseer. Sí me gustaría destacar las hamburguesas y batidos del Shake Shack, rivalizando pero un poco por debajo de las deliciosas californianas del In-N-Out y las costillas del BBQ Dallas. Más allá de eso, creo que en hamburguesas de calidad ya les ganamos, casi como cuando España les gana la final del Mundial de Basket, ¿o todavía no ha sido eso?
Una visita al 11-S memorial, muy emotivo y espectacular en todos los sentidos. Dos grandes colosos llenos de civiles que se desmoronaron y siguen cayendo hacia lo más profundo de la Tierra. Hay cosas que no se deben olvidar, esta es una de muchas, lo que tengo claro como murciélago es que no se deben repetir. Además aproveché el viernes por la tarde para colarme en el MOMA, "tip", es gratis. También visité el fantástico Museo de Historia Natural, probablemente de los mejores en los que haya estado en cuanto a recursos, no deja de sorprenderte en cada sala (cuidado con los dinosaurios).

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El vacío se come la tierra

Un día o un par de tardes es recomendable dedicar a recorrer Central Park, pero sin agobios. Pasear, volar, tranquilamente y perderse encontrando los pequeños tesoritos que hay dentro del parque. Aparcar la bici y tomarte tranquilamente tu bocata o ensalada recién comprada. Aunque me tentaron los perritos, la bofetada olorosa del resto de puestos ambulantes me desanimaron a probar esa opción. Un consejo para alquilar la bici es buscar cupones de Groupon o similar con antelación. Ojo, tened en cuenta que la bici está prohibida por los pequeño caminos del parque, así que para muchas cosas tendréis que bajar y remar. Por eso es mejor dedicar una mañana o tarde con bici para verlo entero, y otra sin ella para los detalles.

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Merendola en Central Park

"The show must go on" y las luces de Broadway no se apagan, el centro ciudad del futuro por excelencia al que muchas buscan parecerse. Se hace de noche pero los anuncios no respetan, iluminándote y guiándote hacia la próxima película o serie, en mi caso Stranger Things, que vas a ver. El centro de NY y del imperio mundial son unas escaleras donde se venden entradas para ir a ver a gente cantar y bailar. Esto puede dar para muchas reflexiones pero la más fácil para un murciélago es que todos los países deberían tener esas escaleras.
Una gran manzana y un murciélago, Nueva York
Una gran manzana y un murciélago, Nueva York

En los alrededores se expande toda la mercadotecnia con sus emblemáticas tiendas, cada vez menos quizá, por este mundo globalizado, pero no deja de tener su encanto asomarse por la tienda de Lego, Nintendo y M&Ms. Además de las luces, en NY por las noches aparece un nuevo ente que bloquea las aceras, bolsas de basura más grandes que un mastín napolitano. Paraíso de las ratas, pulsera y barra libre, algo que no deja de sorprender en la capital del mundo. Sobre conciencia ecológica este no es el mejor blog para hablar, así que se lo dejaré a otros. Curiosamente NY sí que cuenta con un sistema de calefacción peculiar, el vapor que suele salir de las alcantarillas de las calles, no son más que fugas del sistema de tuberías que llevan el calor en forma de vapor a todas las casas, quizá más eficiente, pero también más peligroso.

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El corazón de Broadway

Más alla del resplandeciente corazón, también merece la pena acercarse a conocer el resto de la isla. Un rápido vuelo por Harlem y el Bronx te vuelven a abrir los ojos al contraste y la realidad en la que vivimos.
Creo que he pegado un buen repasito a la isla de Manhattan, dejando algunos consejitos para futuros murciélagos. Sin duda un viaje imprescindible y otro de esos lugares que dejan de estar en una pantalla para estar en ti, con todos sus sentidos, cada vez que los vuelves a ver. Me despido de la isla y me voy acercando a mi próximo destino, Washington, al ritmo de Frank: New York, New York, New York...

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¡Mis antepasados!


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