Revista América Latina

Una leyenda del arte contemporáneo en el ISA

Por Isa @ISA_Universidad

Una leyenda del arte contemporáneo en el ISA
A propósito de la visita de Hermann Nitsch a Cuba

POR JORGE BRAULIO RODRÍGUEZ, DECANO DE LA FACULTAD DE ARTES VISUALES DEL ISA

La presentación de Aktion 135,performancedel artistaaustriaco Hermann Nitsch, figura emblemática del accionismo vienés, el pasado 14 de mayoen el campus de la Universidad de las Artes (ISA), ha provocado reacciones y criterios encontrados entre especialistas, profesores, estudiantes y público en general. Con la intención de enriquecer el debate, formulamos varias preguntas a la Dra. Norma Mederos (N.M.) y al Dr. Ramón Cabrera (R.C.), docentes del ISA con una reconocida trayectoria en la formación artística en Cuba y el extranjero. Sus respuestas contribuyen a esclarecer las características del diálogo que debe primar entre un centro dedicado a la pedagogía del arte y las corrientes históricas y emergentes en la esfera de la creación. Con la certeza de que sus enfoques provocarán nuevas divergencias e interrogantes, aspectos que constituyen en definitiva fundamentos del arte, invitamos a la reflexión desde estas líneas.

¿Qué criterio les merece la Aktion 135 realizada por Hermann Nitsch en el ISA?

N.M.: Me pareció una más de las acciones de este artista, cuya propuesta conocía por catálogos y referencias –sobre todo por enfrentar una docencia de arte y, especialmente, por su participación en la Dokumenta V–. Sus puestas en obra han hecho que la mirada se detenga, en tanto visibiliza, a mi modo de ver, la violencia consustancial a lo humano –en particular la que se respira en el mundo actual– en su intento por afirmarse en el mundo de la vida. Entiéndase un mundo que ha roto todos los límites y en el que el riesgo a la existencia humana es tan real como las armas inteligentes.

R.C.: Bueno, solo al decir que fue la número 135 comienzan a aclararse cosas. La primera de las que saltan a la vista es que después de ese centenar uno no puede menos que pensar en la “academia” –no solo la pintura ilusionista lo tiene que ser– y en una acción «ritualizada» que alude a lo que se ha convertido en fórmula. Eso fue lo primero que advertí, y lo otro, el estar en presencia viva de un ritual que se ha convertido en leyenda dentro del arte contemporáneo, que no podía tener otro escenario que el ISA. El hecho de que nuestros estudiantes de diversas especialidades participaran de esa acción es altamente aleccionador. El paso decisivo de una observación diferida por medio de diapositivas y videos, a una observación participante directa de diversos grados, es vital para hacer participar a nuestro estudiantado dentro de un espectáculo mítico del arte de hoy y para derivar de ello un enorme caudal de interpretaciones, desde las más comprometidas con el sentido abierto de esa acción hasta las que podrían situarse en las antípodas; pero tanto una como la otra y sus gradaciones, surgidas de una implicación directa que la formación contemporánea de artistas no puede eludir y que se ofreció de manera ideal con la Bienal.

¿Por qué las acciones de Nitsch se consideran arte?

NM: Se consideran arte porque Nitsh es un sujeto reconocido en tanto artista, sus acciones se desarrollan desde y dentro de los circuitos legitimadores del arte y en arreglo a determinadas convenciones contextuales. Se tiene en cuenta, entonces, la intencionalidad del artista, el modo de construir una imagen visual desde registros que no son los puramente reconocidos por la tradición.

RC: El terreno del arte hoy día recorre tan vastos territorios y se muestra desde tan amplias soluciones que no puede menos que desazonar a cualquier espectador no avezado, ni debidamente preparado. Las acciones de Nitsch se inscriben en una vertiente performativa y espectacular que rebasa el criterio tradicional de la construcción de objetos y transita por lo efímero y su captación como documentación. Lo que posee de artístico lo realizado por Nitsch se vincula con lo que posee de propuesta simbólica, ideática más allá de las categorías tradicionales de la estética. Sus acciones aluden constantemente a referentes ligados al ceremonial religioso del hombre en todos los tiempos y a interrogantes humanas universales ligadas a la vida, la muerte, la resurrección.

Desde sus perspectivas como formadores: ¿resulta positivo o negativo que los estudiantes del ISA hayan participado en un proyecto como este, donde se utilizan sangre, animales sacrificados, fluidos corporales?

NM: Lo considero positivo porque el sujeto se forma en la vivencia -desde la experiencia- y el intercambio con el artista, con la propuesta de Nitsch, desmitifica las referencias. Nuestros alumnos no son ajenos a propuestas de tal naturaleza. En la tradición que identifica lo estético con lo positivo, con lo bello, hay un desconocimiento de la naturaleza comunicativa del hecho estético artístico que realmente se sustenta en un intercambio de efectos de sensibilidad, para bien y para mal. De ahí que el arte tuvo la misión de hacer visible que el signo artístico no es idéntico al signo estético. Lo estético tiene que ver con el gusto. ¿Cómo negar hoy el gusto por lo abyecto, por la violencia, legitimados por las grandes maquinarias productoras de subjetividad?

RC: Es altamente aleccionador haber podido contar con la obra de Nitsch en nuestro Instituto y que nuestros estudiantes tuviesen la oportunidad de integrarse a ella de modo directo. Ofrecí razones, anteriormente, que se suman como argumento. El hecho de trabajar con elementos como la sangre, fluidos corporales y animales sacrificados forma parte sustantiva de prácticas religiosas nuestras y ello no ha de inquietarnos, pues no nos inquietan tales prácticas, ni aquellos que las practican. El mundo contemporáneo está repleto de iniquidades donde tales fluidos, la sangre y los sacrificios, no de animales sino de seres humanos, se hacen crudamente presentes. Los medios masivos en el mundo lo presentan con tanta reiteración que insensibilizan al público; con Nitsch esos elementos no son usados como instrumentos de adormecimiento e insensibilización, sino todo lo contrario.

¿Merece un creador tan controvertido como Hermann Nitsch (condenado por grupos ecologistas y defensores de los animales) el título de Doctor Honoris Causa del ISA?

NM: Habría que ver qué piensan en relación con miles de seres humanos que viven en condiciones de extrema pobreza, los ecologistas y los defensores de animales en el primer mundo. El rito forma parte de la cultura, de los modos en que el hombre se afirmó como especie. El reconocimiento que mundialmente, para bien y para mal, tiene ya el artista como exponente del arte contemporáneo, lo hace acreedor de este título; título otorgado por una Universidad cuya concepción, desde los tiempos de su fundación, es bien contemporánea. El arte, objeto de nuestro quehacer, dialoga con las tendencias más avanzadas de pensamiento y praxis artística y, al mismo tiempo, con el legado de la tradición.

RC: Por las razones anteriores el artista merece nuestro más alto reconocimiento, pues forma parte de aquellos para quienes el arte no es algo bonito para complacer y ocultar, sino máquina de sentido para hacer pensar, para meditar, para alertar con el uso de los más viscerales y naturales medios con que cuenta el hombre: su propio cuerpo desnudo, la sangre, los fluidos corporales de lo viviente, el sacrificio.

Los grupos ecologistas y defensores del mundo animal las más de las veces no se manifiestan con igual fuerza sobre las injusticias que a diario cometen los hombres contra otros hombres — háblese de Bosnia, Burundi, Iraq, Afganistán—, movidos por los bajos intereses del capital globalizado, donde la sangre, los fluidos y muchas otras bajezas más se dan cita.

Nitsch llama la atención para hacer pensar, también en lo anotado anteriormente.

Alguna otra acotación…

NM: Que estas cosas sucedan con más frecuencia. Son excelentes oportunidades para que nuestros estudiantes «saquen sus propias conclusiones» y, desde el conocimiento, elijan lo que han de hacer en el futuro.

RC: Debemos preocuparnos porque nuestros jóvenes se plieguen a hacer un arte blando, complaciente, adormecedor de conciencias, solo interesado en la ganancia y en lo que puedan lograr para atraer a galeristas del primer mundo sin responsabilidad ética, ni compromiso con su tiempo; en vez de un arte crítico, alerta, y que por ello siempre transite por los caminos menos acostumbrados y quizá más provocadores.


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