Una línea de denuncia para proteger a la infancia (II)

Por Moden Yi, subdirector de Operaciones del Proyecto Protect

Tal como os comentábamos en un artículo anterior, en enero de 2011 se puso en funcionamiento en Camboya la línea de información y denuncia de la explotación sexual, un servicio de información público y gratuito para poder informar, de forma anónima, ante cualquier conducta que pudiera constituir una agresión sexual contra los niños y niñas.

Esta línea de denuncia (092-311-511) es un canal que utilizan ya todo tipo de personas: Los primeros, los propios niños y niñas que viven en la calle, y también sus familias. Recibimos llamadas de estudiantes y de funcionarios públicos. También de todo tipo de agentes del sector turístico: de turistas, de conductores de taxis y tuk tuk, de propietarios de los hoteles, de los recepcionistas, etc. También de otras ong que defienden los derechos de los niños en el país.

En estos tres años, la línea denuncia ha recibido cerca de 540 llamadas, de forma directa o bien a través de los agentes de Proyecto Protect, un promedio de 4 cada semana, con el denominador común del abuso sexual y la explotación.

La mayoría de estas llamadas provienen de la capital, Phnom Penh, y de las zonas turísticas del país, como Siem Reap y Sihanoukville. En menor grado, de otras ciudades más pequeñas, como Battambant y Kampot. En algunos, pocos casos, los denunciantes de las zonas rurales informan de casos de tráfico de menores hacia países como China.

El Proyecto Protect tiene oficinas en la capital de Camboya, Phnom Penh, y en las ciudades de Siem Reap y Sihanoukville

En cada una de las llamadas, un agente formado intenta recopilar datos de ubicación, los detalles del incidente que se denuncia, la identidad de los sospechosos y los niños involucrados. Estas investigaciones preliminares pueden derivar en investigaciones completas según las posibilidades de acreditar o investigar el posible delito que se está denunciando.

Expectativas realistas y reconocimiento

Sucede a menudo que las expectativas iniciales de las personas que llaman son muy elevadas, y a menudo no entienden que las leyes y procedimientos legales requieren tiempo, de manera que, en la mayoría de circunstancias, no se puede intervenir o conseguir una detención de forma inmediata. Debemos explicar a los informantes estos requisitos y trámites en muchas ocasiones.

Lo mismo sucede a menudo con los turistas, cuya colaboración es clave en muchos aspectos, y que esperan que podamos detener a los presuntos agresores sexuales de forma inmediata. Son un grupo que, específicamente, reporta siempre sobre posibles casos de abuso sexual infantil mientras que las llamadas que se reciben de ciudadanos camboyanos también incluyen informaciones sobre violencia doméstica, o sobre la desaparición de niños con finalidades de trata. A menudo, especialmente en casos de precariedad social, los trabajadores sociales de APLE pueden derivar los casos a otras ong pero siempre dan respuesta a las personas que llaman.

Resulta muy gratificante el reconocimiento del personal de organizaciones no gubernamentales y de algunas personas que colaboran desinteresadamente con el proyecto, como muchos conductores de tuk tuk, que se ofrecen a ubicar publicidad gratuita sobre la línea de denuncia en sus vehículos, especialmente después de que alguno de los casos que hemos resuelto obtiene eco en los medios de comunicación.

Incluso en los casos en que llegamos a la conclusión de que no se ha existido abuso de menores, los informantes agradecen las gestiones que realizamos y nos dicen que se sienten aliviados de que existan iniciativas como el Proyecto Protect.