Fotografías por Javier Sierra Patas
La noche del pasado 17 de Mayo era noche de estreno, estaba marcada como el comienzo de la gira de El hombre sin sombra, y el lugar elegido no podía ser mejor: el sevillano Teatro Lope de Vega.
El nuevo trabajo surge de la apuesta de la combinación de Mikel Erentxun y de la producción siempre arriesgada de Paco Loco. Mikel con una carrera más que consagrada y un público que le ha seguido siempre, no ha sido conformista en este nuevo trabajo, nunca lo ha sido.
Mientras nos presentaba cada uno de los temas nuevos “Dos estrellas”, “Cicatrices”, “Tienes que ser tú” o “Libélulas” (“la canción de amor más bonita que he escrito a nadie en toda su vida”, así la definió Mikel), intercalaba hits para ganarse a su público. Así fueron llegando “Dakota y yo”, “Cartas de amor”, “A tientas” o “De espaldas a mí”. El disco es un tratado del amor y sus consecuencias, mitad azul, mitad gris, nos explicaba el artista. Cada una de las canciones te muestra una cara diferente del amor.
Mikel venía acompañado de su banda habitual, Fernando Macaya y la joven Marina Iniesta, que se intercambiaban el protagonismo de guitarras y bajo; mientras que Carlos Arancegui destacaba con su ímpetu a la batería.
Los nervios del estreno se manifestaron en algunos desajustes que no afearon en nada el espectáculo, todo gracias a las enormes ganas y al buen humor que el grupo mostró en todo momento.
La experiencia de ir a un concierto cuando no se ha presentado el disco aún, es un soplo de aire fresco. Conoces al artista, sí, pero sus nuevas letras y este nuevo giro hace que le respetes más todavía. No se esconde detrás de ningún micrófono; es él mismo, sin querer parecerse a nadie: honesto, romántico, pero rockero.
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