Revista Cultura y Ocio

Una noruega y un danés cabalgan juntos. Filadelfia 1940.

Publicado el 30 julio 2012 por Maac @Elblogdemaac

Una noruega y un danés cabalgan juntos. Filadelfia 1940.

Biblioteca Hjørring. Los escandinavos no son sólo reyes del diseño.


El 28 de noviembre de 1940 la soprano Kirsten Flagstad y el tenor Lauritz Melchior, ella noruega, él danés, dos leyendas del canto wagneriano, entraban en el estudio de grabación de la RCA para grabar la escena de la cámara nupcial del último acto de Lohengrin, una de las grandes joyas de esta ópera. Acostumbrados a tener que escuchar a estos cantantes en grabaciones piratas hacerlo tras haber pasado por el estudio es todo un lujo.
El pianista acompañante Edwin McArthur se encargó de la dirección musical. McArthur fue para Flagstad algo más que un acompañante, un amigo y confidente, en 1965 publicó su biografía, Flagstad - Un recuerdo personal. En ella decía de la grabación que escucharemos: "Estuvimos dos días en Filadelfia y la Victor Smphony Orchestra se formó con miembros de la Orquesta de Filadelfia. Dirigí varios solos de tenor con Melchior, y Flagstad participó en el gran dúo del Acto II de Parsifal y en el dúo nupcial del Acto III de Lohengrin. Flagstad solía decir que pensaba que era la mejor grabación que había realizado. La orquesta estuvo soberbia, y la maravillosa acústica de la Academia de Música de Filadelfia mejoró la calidad de la grabación." Son las últimas grabaciones comerciales que los dos cantantes realizaron juntos, cinco meses después Flagstad abandonó los EE.UU., nunca más cantaría con el tenor, es más, nunca volvería a encontrarse con él.
La escena nupcial de Lohengrin está prácticamente íntegra pero tiene un pequeño corte interno, se cierra con "Allewiger, erbarm dich mein!" (¡Dios eterno, apiádate de mi!), la petición de clemencia que sigue después de que Lohengrin haya dado muerte a Telramund. Que este año me haya dado por no escuchar las transmisiones del Festival de Bayreuth no quiere decir que en estas fechas vaya a pasar de Wagner.
 
 
El segundo acto de Lohengrin tiene lugar en la cámara nupcial de los recién casados; en ella se ve el lecho y, junto a una ventana, un diván. La entrada de los esposos está acompañada por cánticos del coro (las mujeres con Elsa entran por la derecha y los hombres con Lohengrin por la izquierda), el rey bendice a la pareja y los cortejos abandonan la escena por las puertas contrarias  que entraron  dejando a los enamorados solos. Con las palabras de Lohengrin "Das süße Lied verhallt; wir sind allein, zum erstenmal allein, seit wir uns sahn" (Nos abandonan a lo lejos los dulces cánticos. Estamos solos, solos desde la primera vez que nos vimos) comienza la segunda escena del acto, el dúo de amor que convertirá este matrimonio en, si no el más breve, uno de los más breves de la historia de la ópera. Y es que Elsa, que había prometido a Lohengrin que nunca indagaría sobre su nombre y su linaje, quiere saber, conocer para poseer. La terrible duda sobre el origen de Lohengrin, el veneno que ha inoculado Ortrud, la va acechando poco a poco hasta límites extremos. Traiciona su palabra y Lohengrin tendrá que partir. De nada servirá el arrepentimiento de Elsa.


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