Revista Arte

Una poesía, una bella ciudad y dos caballeros.

Por Artepoesia
Una poesía, una bella ciudad y dos caballeros.
Una poesía, una bella ciudad y dos caballeros.
Una poesía, una bella ciudad y dos caballeros.Una poesía, una bella ciudad y dos caballeros.
Cuando Sevilla fue el puerto europeo de América dio muchos hombres que allá marcharon a descubrir, a amar y hasta morir. Uno de ellos fue el famoso poeta español Gutierre de Cetina, nacido en Sevilla en 1520 y muerto en Puebla (Méjico) en 1557. Con dieciocho años partió antes a Italia en donde, a las órdenes del virrey de Sicilia Fernando Gonzaga, participó en la batalla de Argel junto al afamado ya por entonces don Hernan Cortés, recién homenajeado con el marquesado del Valle de Oaxaca. 
Viajó a Méjico con un tío suyo que era Procurador General de Nueva España en 1547, enamorándose de ese maravilloso país. Regresó el poeta a España en 1554 y volvió definitivamente a Méjico en 1556, donde encontró la muerte un año después apuñalado por un rival celoso, al parecer debajo de las ventanas de su amada doña Leonor de Osma. Es muy conocida una poesía, su famoso madrigal o composición poética, que no la compuso para Leonor sino para la joven condesa Laura Gonzaga, a la cual conoció en 1545, y que ésta poco después lo abandonó por otro caballero. Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así miráis, miradme al menos.
(Imagen de Gutierre de Cetina, poeta sevillano; de la ciudad de Puebla de los Ángeles, en México; del monumento erigido en honor a Hernán Cortés en su ciudad natal, Medellín (Badajoz); imagen de la giralda sevillana, patria chica del poeta.)

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