Revista Viajes

Una semana en Pueblo Inglés

Por El Mundo A La Vuelta @mundoalavuelta

A principios de marzo tuve la ocasión de pasar 8 días en Pueblo Inglés, en la sierra de Cazorla. Muchos se preguntan por qué uno decide irse a aprender inglés a un pueblo perdido y encima en Jaén, pero debo reconocer que yo me preguntaba lo mismo y la experiencia ha resultado más que satisfactoria. 
La idea es juntar a 20 españoles con 20 angloparlantes nativos en un hotel medianamente aislado. Durante toda una semana hay una norma que se debe cumplir a rajatabla: sólo se habla en inglés. El resultado son más de cien horas hablando sin parar... ¡y funciona!  Una semana en Pueblo Inglés
La inmersión lingüística comienza desde el mismo momento en que subes al autobús, primera norma: hay que sentarse formando parejas mixtas, anglo y español. Así pasé las primeras horas de viaje acompañada de una americana que participaba en el programa junto a su marido. 
Antes de acudir uno se hace mil preguntas sobre la gente que irá, quienes serán y qué les motivará realmente para ir allí. Ellos no cobran por estar allí, la compensación que obtienen es una semana de alojamiento gratuito en el hotel, con pensión completa y transporte hasta el mismo. No son profesores de inglés ni esperes recibir clases de gramática durante el programa. Se trata de hablar, hablar y hablar. La gran mayoría son gente muy interesante, han viajado mucho y gran parte de ellos aprovechan las vacaciones para venir al programa o lo toman como una etapa de su viaje por Europa. 
Durante mi estancia coincidí con gente de diferentes puntos de Inglaterra, Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Alaska, Canadá, India... gente de diferentes edades y culturas, con muchas historias que contar sobre su vida, viajes y experiencias y también con ganas de saber cosas sobre ti.  Son ocho días muy intensos que comienzan a las 9 de la mañana y más de un día se prolongaron más allá de la medianoche. Uno apenas acaba de despertarse y baja a desayunar, cumpliendo siempre la tercera normal del programa: en las comidas, hay que sentarse dos anglos y dos españoles. De esa forma la conversación está asegurada desde primera hora de la mañana hasta la noche.  Cada mañana hay que dirigirse a la pizarra en recepción para anotar lo que quieres comer al día siguiente, eligiendo entre diferentes platos del menú, y comprobar con quién tienes tu primera actividad. Es entonces cuando comienza una de las actividades estrella del programa: one to one. Durante 50 minutos te sientas a conversar con un anglo sobre diferentes temas, normalmente los primeros días uno habla de sí mismo, a qué se dedica, su ciudad, cosas así... pero también hay que aprender uno o más idioms y phrasal verbs. 
Durante la mañana tienes por lo menos tres sesiones, que te aseguran casi tres horas de conversación en inglés con tres personas de habla inglesa pero diferentes acentos. Además, hay sesiones telefónicas, presentaciones y conferencias telefónicas simulando reuniones de empresa. En todas las actividades se asegura la variedad de acentos y son realmente productivas, ya que te encuentras en una situación real en la que tienes que expresarte, sí o sí, en inglés. En ocasiones hacíamos también conversación entre cuatro personas, debatiendo diferentes temas, pero siempre respetando el equilibrio dos anglos, dos españoles. 
A continuación la comida y después tiempo de descanso. Una hora y media para ir a la habitación, dormir la siesta, salir a pasear o lo que prefieras. En circunstancias normales parar este tiempo a esas horas del día me hubiera parecido una pérdida de tiempo, pero debo reconocer que después de mañanas tan intensas, lo que más te apetece después de comer es regresar a la habitación a descansar y no pronunciar ni una palabra.
A las cinco volvemos a la acción. A esta hora se hacen actividades en grupo de lo más variadas: juegos, bailes, canciones o lo que surja, dirigido siempre por el maestro de ceremonias. A las siete otro one to one y luego al teatro, para hacer pasar un rato divertido a los compañeros haciendo parodias y tonterías variadas. Cena a las nueve hasta las diez y media y ya, a partir de ahí y en función del día, puedes irte a dormir o se hacen otras actividades. Una noche tuvimos una queimada, otra fiesta en la discoteca, noche de trivial, juegos... pero normalmente estás tan cansado que a las once sólo piensas en irte a la cama.  

Una semana en Pueblo Inglés

Noche de Queimada

 Uno de los días, a mitad del programa, se hace una excursión al pueblo. Nosotros estuvimos a punto de no tenerla por el mal tiempo, ya que durante los ocho días no paró de llover, incluso nevar, pero al final salimos. Es una buena opción porque te sirve de desconexión y aunque no dejas de hablar inglés, cambias de aires durante unas horas. 
Es cierto que hay momentos en que hablar durante tantas horas resulta agotador y no ves el momento de esconderte durante cinco minutos para estar en silencio, pero cuando te quieres dar cuenta estás en el autobús de regreso a Madrid y el tiempo ha pasado volando. Afortunadamente la estructura del programa hace que aprovechemos cada minuto y no puedas dar el tiempo por perdido, aunque nadie te quita los nervios antes de tu primera presentación en inglés o cuando tienes que presentar una propuesta a un señor que llama desde Australia y quiere contratar tus servicios como experto en vinos, ¡cuando no tienes ni idea de qué decir! Pero lo que realmente importa es que has roto la barrera de la vergüenza o temor a expresarte en otro idioma y ya eres capaz de enfrentarte a lo que te venga.  Mucha gente me pregunta si soñé en inglés. La verdad es que no estoy segura de esto, pero si es cierto que en varias ocasiones me sorprendí a mí misma pensando que estaba fuera de España. No sé si ayudó el entorno y el mal tiempo, ya que no salimos apenas del hotel en los ocho días, pero supongo que olvidar que no te has movido de España es buena señal. Como anécdota, diré que un día, estando sentada en la cafetería vi como traían unas plantas para una jardinera exterior y pensé, esas plantas son como las de temporada ahora en España... en ese momento me di cuenta que y tanto que lo eran... ¡si estaba en Andalucía!  La empresa ofrece el programa en diferentes puntos de España. Yo elegí la sierra de Cazorla y el Hotel Coto del Valle, ya que me pareció un buen entorno para la fecha de mi estancia. No estoy segura, pero diría que la totalidad del hotel estuvo a nuestra disposición durante esa semana, ya que no recuerdo haber escuchado o visto a otros clientes ajenos al programa. Además, los camareros y personal del hotel en general intentaban dirigirse siempre a nosotros en inglés para respetar la inmersión lingüística. 
Mi gran afición es viajar y eso no lo cambio por nada, pero he de reconocer que todos mis temores y dudas sobre la conveniencia o no de este tipo de programas se han disipado. Una semana hablando más de 15 horas al día en inglés me ha venido muy bien. No sólo he mejorado mi comprensión auditiva sino que me ha dado mucha confianza a la hora de expresarme. No siempre uno tiene ocasión de escuchar tantos acentos diferentes durante un mismo día, ni tan siquiera de hablar tantas horas seguidas con un nativo aún estando en un país de habla inglesa. De hecho, ¡creo que he hablado más inglés en esta semana que durante mis últimos cuatro meses viviendo en Malta!
Por eso mi recomendación para todos aquellos que me preguntan si vale o no la pena ir, es que si te lo puedes permitir... ¡adelante!, seguro tendrás una experiencia más que satisfactoria y el aprendizaje está asegurado.  Y es que ya lo dicen ellos... es more than Pueblo Inglés.

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