Revista Salud y Bienestar

Una semana sin fumar

Por Rafaele

Sin chicles de nicotina, ni pastillas, ni parches… hacer una semana sin fumar pasa de convertirse en un logro a una cosa a la que me tengo que ir acostumbrando para el resto de mi vida. ¿Cuantas semanas me quedarán así sin fumar?… ¡Pues todas!

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No podría explicar solo una semana sin fumar. No sería capaz.

Es por ello por lo que hago este Blog y voy relatando como fueron mis días anteriores:

Dejar de fumar día 1

Día 2 sin fumar

3 días sin fumar

Cinco días sin fumar

¡SE QUE ANIMA MUCHO EL SABER QUE SE PUEDE CONSEGUIR!

Y ese es uno de los motivos principales por los que yo esté aquí. Contándote que se puede. ¡Que vas a dejar de fumar!

El tabaco es muy cabrón y parece que es un vicio inteligente.

Pero con todo lo inteligente que parece este vicio, te puedo afirmar que tras una semana sin fumar, esta mañana me ocurrió una cosa que me hizo pensar y me alegró profundamente:

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 Voy a desayunar todos los días al mismo sitio. En ese lugar trabaja una persona de unos 60 años que esta mañana, hablando con uno de los clientes afirmó que “llevaba cinco años sin fumar“, y que actualmente “le daba asco el tabaco“. Terminó diciendo: “…yo que era un fumador de toda la vida, ¡tenía hasta los dedos amarillos del tabaco!“.

Me acerqué a este persona y le pregunté… “llevo una semana sin fumar, y lo aunque lo llevo bastante bien, es inevitable y hay veces que me entran ganas de fumarme un cigarro… ¿Me desaparecerán las ganas de fumar algún día?“. La pregunta parece dificil, pero más fácil y rápida fue su respuesta: “¿Al tabaco?: Le acabarás cogiendo asco, y muy pronto“.

Realmente creo que ya con el tabaco a la semana sin fumar tengo superado mucho camino. He sido tan contundente dejando de fumar durante toda esta semana, que ya lo tengo claro-clarísimo.

Llevo una semana superando momento a momento sin problema al conocer las fases de abstinencia que me iba a ir encontrando.

¿Que me encontré tras una semana sin fumar?

# Inquietud

Es cierto que me encontré con una sensación como de «inquietud» en muchos momentos. Una especie de indecisión a la hora de actuar y no saber que hacer ni saber como continuar. Tenía como “espacios muertos en el tiempo“. Antes seguramente esos espacios los llenaba de una única manera: Fumándome un cigarro.

Antes necesitaba consumir tabaco para quitarme la ansiedad, ahora ya no.

Si antes empleaba unos 5 minutos en cada cigarro, ahora tendré una hora y media al día más al no pensar en el tabaco. Incluso más.

Quizás he descubierto como una especie de “aumento de horas en el día” al no tener que dedicarme a consumir para poder vivir sin ansiedad o depresión.

# Falta de concentración

Otro aspecto es la falta de concentración. Estar como «desconcentrado» me ocurrió algunas veces sin explicación ni motivo alguno.

# Mayor control de la situación

A estas alturas de la película, puedo decir que ya me fue posible identificar momentos concretos en los que tuve deseos de fumar.

Cuando estuve con amigos, tomando alcohol… hablando por teléfono. Veo que a medida que pasa el tiempo, las ganas de fumar se espacian y se van haciendo cada vez más distantes.

Cada vez hay más momentos en los que verdaderamente, no me fumaría un cigarro.

 

Derechos de imagen: Obra “Una semana nada más” de Clement Michel.

Imagen del desayuno: Desayuno que me pegué en Connecticut (USA) cuando todavía fumaba -ahora me lo pegaría mejor-.

***

Rafa García

www.yanofumas.com

¿Has dejado de fumar?… ¿Lo estás dejando?… ¡cuéntamelo!


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