Revista Cine

Undercurrent

Publicado el 17 julio 2013 por Ganarseunacre @ganarseunacre

Brahms Symphony No 3 

Por Roy Bean


Undercurrent (1946) Corrientes ocultas


Vincent Minelli

Undercurrent

Vicente Minelli

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Reparto (Imdb)


Katharine Hepburn... Ann Hamilton

Robert Taylor... Alan Garroway

Robert Mitchum... Michael Garroway

Edmund Gwenn... Prof. 'Dink' Hamilton

Marjorie Main... Lucy

Jayne Meadows... Sylvia Lea Burton


Si hay algo, entre otras cosas, por las que se puede admirar a Minelli  es su convicción a la hora de elegir, en principio, productos carentes de interés y convertirlos en películas eficaces pero asentadas en bases, a  veces frágiles. Un buen ejemplo creo que es Undercurrent, uno de sus primeros trabajos. Rodada en 1946 y basado en un relato de la “autora” de moda, Thelma Strabel, pertenece a este tipo de ficciones sobre parejas en conflicto  que tanto gustaban en el Hollywood de la época (Desde Rebeca hasta  Sospecha, pasando por Luz de gas). Aquí  Ann Hamilton (Katherine Hepburn) hija de un químico que vive en una pequeña ciudad, el señor “Dink”, se casa con Alan Garroway (Robert Taylor), un hombre con una gran fortuna gracias al invento sobre un control a distancia y que, parece ser, dio ventaja a los aliados para finiquitar la WWII.El matrimonio abre a Ann las puertas de un mundo totalmente  diferente al que conocía: en lugar en el laboratorio casero de su padre…fiestas de alta alcurnia en Washington; en lugar del complejo de fealdad, la conciencia de que se ha unido a un hombre que asegura necesitarla; en lugar de la plácida provincia, la posibilidad de viajar, conocer gentes y lugares;  pero el matrimonio también le abre incógnitas: su marido tiene un hermano que parece haber desaparecido y  al que odia, y Ann poco a poco, comienza a hacerse preguntas ¿Qué se oculta en el pasado de su esposo? ¿Dónde está el hermano de éste? ¿Es posible que Alan matara a su hermano Mike (Robert Mitchum)?. En pocas palabras que ¿Qué fue de Mike Garroway? Las llaves que abren la cerradura de ese pasado que une a Alan y Mike son, sobre todo, un libro de poemas  de Robert Louis Stevenson, que de manera fortuita cae en manos de Ann, pensando que pertenece a Alan, y un rancho familiar en las proximidades de San Francisco que parece estar atendido por un guardés.  Hay dos partes en el film, que quizás no armonicen del todo entre sí. En una se describe el personaje de Ann, primero dentro de su universo provinciano y después en las reacciones al mundo de lujo y glamour presente en el mundo de Alan, y su relación con éste. En otra parte, Ann se ve enfrentada al enigma que encierra el pasado desconocido de Alan, a la vez que cada vez se ve más atraída por la personalidad de su desaparecido hermano. Aquí entra la sospecha del crimen y un continuo recurrir a elementos de la época, como las películas que hemos citado antes. Hay, pues,  una pareja sobre la que pasa un hecho  pasado que puede poner en peligro su amor; una mujer que desea conocer ese pasado; un hombre de conducta dudosa sobre el que pesa, quizá un crimen; una casa familiar vacía; una conflictiva relación entre hermanos; la atracción de la mujer por el misterioso hermano. Hay, incluso, una mujer Sylvia (Jayne Meadows), que parece conocer lo que sucedió entre Alan y Mike.
Undercurrent no es un film de situaciones ni de raras atmósferas, sino que funciona a base de la valoración de pequeños detalles; como la transformación que experimenta Alan a la vista del libro y de ese irreparable error, el efecto que produce unas notas de Brahms tocadas al piano… Lo que sucede en esos detalles están, como siempre en Minelli, al servicio de las sensaciones, antes que a la pura narración, se trata más de darle importancia al “detalle” que al “Conjunto”, como apuntábamos antes. Y es ahí donde Undercurrent dispone de sus mejores bazas. Por otra parte se da la circunstancia de que Minelli parece desenvolverse mejor en secuencias (Como en la fiesta de presentación de Anne a la alta sociedad, moviendo la cámara adelante y atrás  buscando la reacción) como las que acabo de citar; en los momentos de reuniones, de celebración, en definitiva de ritos sociales. Y aun cuando hay ocasiones en que la realización se decante por el lado fácil,  , esos momentos constituyen el lado fuerte, de una película, como decíamos al principio, apuntalada por bases débiles.. Desde luego que Minelli con el paso del tiempo aprendió a dar entidad propia a su Melodrama: Cautivos del Mal, Como un torrente, Con el llegó el escándalo… pero eso no influye para que este trabajo iniciático sea, desde mi punto de ver los suficientemente atractivo como para rescatarlo.
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