Revista Cultura y Ocio

Uno que vale por cien

Por Jcbarona

El advenimiento de internet a nuestras vidas ha supuesto la apertura de una nueva dimensión para el ser humano, una de tipo virtual. Como es algo verdaderamente nuevo está por comprobarse si semejante plano de la existencia es compatible con este en el que veníamos transitando o nos engullirá por completo.
Nadie sabía que cualquier mortal tenía la capacidad de tener y mantener cientos, incluso miles de amigos, y ahí están; prestos a opinar sobre cualquier cosa que te ocurra o se te ocurra, preferiblemente con fotos y un poco o un mucho de morbo de aderezo. Internet nos ha convertido en mutantes o superhéroes de la comunicación, ya no hay target que se nos resista, llegaremos donde nos propongamos; hay un like que conquistar en el recoveco más insospechado de este mundo sin fin.


Uno que vale por cien
Ya te avanzo, no obstante, que estamos algo confundidos aún. Ya no valen los parámetros de antaño para medir lo que hoy ocurre. Nuestros amigos han abandonado la limitación de las conocidas dimensiones analógicas y, si me apuras, ya no necesitan ni existir. Nadie quiere darse cuenta de que la comunidad internautica es un organismo vivo que muta constantemente, en la que se te caen y se añaden amigos y mirones sin que nadie se aperciba, ni solución alguna de continuidad. Eso siempre que quieras seguir molando con un número de amigos que vaya a impresionar a alguien, en todo caso más de cien. El amigo bueno es el incontable, el enésimo, el último, el siguiente, el que vendrá, sea quien sea, qué más da.
Pero es que tus amigos ya no son los que eran, ni aunque te los hayas traído del ayer. La mutación no tiene vuelta atrás y sí un montón de efectos directos y secundarios que harán cada vez más retorcida la sola idea de volverlos a frecuentar en carne y hueso, con lo que eso cansa, entretiene, huele y desgasta.
¿A quién le interesa una opinión instantánea, pudiendo escribirla y leerla a cualquier hora?, ¿quién querría perder el tiempo, el dinero y hasta la salud, desplazándose a un sitio que puedes ver desde la comodidad de tu casa en HD?, ¿quién necesita una sonrisa o un abrazo pudiendo tener un like para exhibir donde proceda?…
Demos por despejada cualquier duda. Nadie es imprescindible por fin. Tus amigos son más que nunca y no son nadie en particular; no los juzgues, pues tú eres otro tanto para ellos. Formamos un todo ingente, maleable e indeterminado. Todos somos contingentes solo la red es necesaria y su aplicación correspondiente. ¿Quién necesita un amigo pudiendo tener mil? Tus amigos no están en Facebook, porque tu verdadero amigo es él.

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