Revista Salud y Bienestar

Unos operan con las gafas de Google, otros pasamos la consulta descalzos

Por Doctorcasado
Unos operan con las gafas de Google, otros pasamos la consulta descalzos
Hace unos días el prestigioso traumatólogo Guillén operaba una rodilla con un artroscopio sin hilos y retransmitía la cirugía por streaming usando unas gafas de Google. Ese mismo día yo pasaba consulta armado con un fonendo, un otoscopio y un esfignomanómetro, en retaguardia un ordenador que me permite consultar dudas clínicas y farmacológicas sobre la marcha y poco más. Las herramientas más preciadas que manejo como generalista son la comunicación, la información blanda (biografía, patografía, familia, comunidad...) que tengo del paciente y mi razonamiento clínico. Me alegra conocer que otros facultativos usan cirugías robóticas, gafas de realidad aumentada o tecnologías ultramodernas. Pero no puedo dejar de reflexionar en qué lugar dejamos al paciente. A esa persona que tenemos delante con un problema de salud.
Cuando constato que no puedo comunicarme por email o teléfono con otros médicos de mi hospital de referencia con los que comparto decisiones de diagnóstico y tratamiento de un paciente, o que mi agenda de pacientes supera los cuarenta me pregunto si estamos haciendo las cosas de forma adecuada.
El doctor Guillén opera en una clínica privada y me parece bien que use los aparatos que le apetezcan. En el sistema público tal vez haya llegado la hora del sentido común, aplicar tratatamientos con la suficiente evidencia científica detrás, ser prudente con las novedades y evitar aquello que no haya demostrado utilidad. Les parecerá de perogrullo pero seguimos gastando millones de euros por no seguir estas sencillas recomendaciones que un humilde médico descalzo deja escritas en su blog.

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