Revista Opinión

Urticaria

Publicado el 01 abril 2012 por Alejandropumarino

Urticaria

El campeón español de fórmula uno no parece tener urticaria, pese a haberse retratado con la enseña nacional a su espalda. La bandera es la de todos los españoles, hasta de los catalanes que consideran al resto del país aguda podrida, como el señorito Oriol, de quien hablábamos el otro día. Los símbolos nacionales no son patrimonio de ningún partido, formación o comunidad; son de todos y deberían lucir en los mitines del PSOE tanto como en los del PP, aunque los primeros prefieran democráticamente la bandera tricolor, que no es de nadie y critiquen a los segundos por lucir la de franjas rojas y amarilla. La prensa gallega, vasca o catalana se abstiene de ofrecer imágenes del Sr. Alonso o del Sr. Nadal cuando triunfan y lucen el símbolo nacional, porque les ofende. Comparten con los campeones aquello que les interesa y desprecian lo que rechazan por ejercer ese aldeanismo decimonónico propio de no comprender adecuadamente en qué consiste la idiosincrasia. Explicarlo después de utilizar el eufemismo inmersión lingüística para definir la imposición del catalán, me parece una tarea ímproba, compleja y muy difícil. Mientras tanto, los hijos de los políticos, de los sindicalistas y demás conspicuos de la vida social, estudian en colegios donde prima la educación en inglés mucho antes que en el idioma autóctono. Alonso puede lucir la bandera nacional porque es asturiano y además, habla correctamente el inglés. Estoy casi seguro de que el control de voz de su Ferrari no entiende el bable, seguramente tampoco el catalán, pero no creo que el Sr. Mas exija a los fabricantes alemanes o italianos de automóviles, traducir la tecnología destinada a unos pocos privilegiados, seguramente porque a ellos, precisamente, les resulta indiferente por completo la pequeña guerra de las identidades.


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