Revista Medio Ambiente

Vacaciones de familia

Por Valedeoro @valedeoro
Vacaciones de familia

La semana pasada mi pareja pasó una semana con sus amigos en Roma. Se lo pasó genial, sin tener que cambiar pañales por la noche ni jugar por enésima vez al caballito. En Noviembre me quedé unos días adicionales en Mexico. Me lo pasé genial, sin tener que hacer papillas y cantar la misma canción una y otra vez. Hemos descubierto las ventajas de tomarse una vacaciones de familia para que cada uno pueda recargar las pilas a su manera.

Un descubrimiento por accidente

Tener hijos puede ser agotador - especialmente cuando aún son pequeños. Tu vida empieza a girar alrededor de las necesidades de ellos, muchas veces descuidando de ti misma. De vez en cuando quedas con tu pareja a comer o para ir al cine, siempre que consigas un canguro o puedas contar con la ayuda de algún familiar o amigo. Se acabaron las escapadas románticas, las largas noches con amigos y las horas en la bañera disfrutando de un buen libro.

¡Y es frustrante! Parece que toca posponer tus intereses a dentro de diez o quince años, cuando podrás aprovechar mientras tus hijos están de colonias. ¿Y si no quieres esperar estos diez años?

Sin haberlo buscado encontramos una solución alternativa: después de una reunión de trabajo en Mexico me quedé unos días más. Por muchos nervios que pasó mi pareja antes de que me fuera, lo hizo genial. De paso tuvo la oportunidad de crear un vínculo muy personal con los niños. Ambos somos igualmente capacitados para cuidar de ellos. Mi ausencia fue la confirmación que nos hacía falta a los dos. A veces ceder una responsabilidad es un reto igual de grande que aceptarla.

Nuestras reglas para las vacaciones de familia

Las vacaciones en familia son importantes para generar una historia colectiva con recuerdos compartidos. Son una oportunidad para cargar las pilas y poder apreciar el tiempo en común. Estar lejos te permite sentirte más cerca a la vuelta.

Turnos regulares. En nuestro caso los turnos se han ido presentando de forma natural. Después de cada uno de mis viajes de trabajo, le toca a mi pareja tomarse unos días libres. En la vida real eso se traduce en una regularidad de cada tres meses aproximadamente. Esta frecuencia además lo convierte en algo normal - tanto para nosotros como para los niños. No es un drama que uno de los dos se marche unos días. Es lo que se hace y todos sabemos que vuelve.

Comunicación asincrónica. No siempre es fácil hablar por teléfono o skype cuando uno está viajando y el otro viviendo un horario apto para niños. Es fácil dejar de hablar por completo y sentirse ignorado. Así que optamos por una comunicación por whatsapp a destiempo, contándonos lo que ha pasado, compartiendo situaciones y aprendizajes sin esperar una respuesta inmediata. Sé que me leerá en cuanto los niños han ido a dormir. Sabe que leeré su respuesta cuando vuelvo de la cena con amigos. Y así recordamos que no estamos solos en el mundo.

Es un derecho, no un favor. Si decides incluir las vacaciones de familia (o vacaciones de pareja - ¿por qué no?) en tu relación, esta distinción es super importante: tu pareja tiene el derecho de disfrutar un fin de semana sin ti. No le estás haciendo un favor ni puedes exigir gratitud eterna por haberle permitido irse sin ti. De la misma forma tú tienes el derecho de disfrutar de tu tiempo personal sin sentirte culpable ni tener que compensar por tu ausencia.

Al fin y al cabo es una cuestión de confianza y crecimiento: confianza en ti misma y confianza en tu pareja. Confianza de que ambos creceréis con las exigencias de hacerse valer por uno mismo - ya sea con los niños en casa o solo en una ciudad desconocida.

¿Confías?


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