Ramírez prefirió regalar su mercancía al pueblo antes que se la confiscara la policía. Los cuentapropistas empiezan a levantar sus voces contra la corrupción imperante en La Habana por parte de la policía que les impone multas altísimas aunque tengan licencia para vender sus productos; y que además les quita esos productos que venden sin orden judicial alguna.
Al ser detenido por las autoridades, la protesta de la gente fue tan contundente que tuvieron que dejarlo en libertad de inmediato y no llevarlo a la estación donde seguramente le impondrían una multa de al menos 700 pesos. (3 veces el salario mínimo).
Es por todos conocido, desde hace años, que los pocos cubanos que tienen pequeños negocios privados son acosados por inspectores de sanidad, de impuestos y policías, cuyas exigencias de pagos terminan por asfixiar a los cuentapropistas.
Quienes también protestaron hace poco fueron los conductores de bicitaxi y fueron hasta la ¨Plaza de la Revolución. Ver video aquí
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