Los combustibles GLP GNC y GNL también se pueden usar en los vehículos con motor diésel pero no se puede utilizar por completo, se usa como un complemento para mejorar la combustión del gasóleo. Este sistema dual se realiza así porque los motores diésel carecen de bujías para inflamar el gas y utilizan la combustión de una pequeña proporción de diésel para inflamar el gas.
Este sistema ahorra bastante diésel, ya que algunos sistemas introducen en el cilindro una proporción de 95 % de gas y 5 % de diésel. Los sistemas pueden ser de inyección indirecta introduciendo el gas en el colector de admisión o inyección directa. Esta última precisa de inyectores modificados para trabajar de forma dual los cuales permiten introducir ambos combustibles a la vez dentro del cilindro.
En el mercado existen kits de conversión que permiten adaptar al motor diésel el sistema de gas, o por otro lado, lo suministran incluso con motor diésel para cambiarlo todo en aquellos países que su normativa interna lo permita. También los fabricantes de vehículos tienen en el catálogo modelos diésel equipados con gas de fábrica, en especial vehículos industriales.
Otra ventaja significativa de este tipo de motores son más respetuosos con el medio ambiente ya pueden reducir las emisiones de hasta un 25 %, la emisión de partículas metálicas hasta un 96 % y los óxidos de nitrógeno NOx en un 85 %. También producen hasta un 50 % menos de emisión sonora y vibraciones respecto a los vehículos diésel y el coste por kilómetro de vehículos con gas natural es un 30 % menor que el diésel y un 50 % menor que la gasolina.
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