Revista Cultura y Ocio

Veinte años no son nada

Por Lparmino @lparmino

Veinte años no son nada

Imágenes del asedio de Sarajevo
Autor: Evstafiev- Fuente


Hoy, 6 deabril de 2012, más de 11.000 sillas rojas formarán un extenso y silencioso auditorioque se desplegará con toda furia por las calles de la capital de Bosnia –Herzegovina, Sarajevo. Es el particular homenaje de un grupo de intelectuales atodas las víctimas del asedio que sufrió la ciudad, el más largo de la épocamoderna, como repiten hasta la saciedad los medios de comunicación. Durante loscasi cuatro años que Sarajevo estuvo cercada se sucedió el horror en todas susvertientes con un único objetivo: sembrar el terror entre la población sarajevita.Los francotiradores, las violaciones sexuales de mujeres, el corte de lossuministros de alimentos, medicinas, los bombardeos indiscriminados… No deja deser chocante que en este homenaje no participen las autoridades políticasbosnias, demasiado preocupadas en seguir encendiendo la llama del nacionalismofundamentalista para cegar los principales problemas del país, el paro, laeconomía desbarajustada, la pobreza…

Bosnia y Herzegovina, 20 años después de la guerra

Veinte años no son nada

Refugiados en Travnik
Fotografía: Mikhail Evstafiev - Fuente

Hace 20años, un 6 de abril, una manifestación recorría las calles de Sarajevo en ungrito desesperado para evitar lo inevitable, la guerra. La respuesta llegó conlos primeros disparos de los francotiradores serbo – bosnios contra la multitudindefensa. Era la puesta en práctica de una de las tácticas más aterradorasdesarrolladas durante el prolongado asedio de la capital bosnia. Sarajevosufrió un cerco que se prolongó durante 44 meses. Casi cuatro años de violenciapremeditada, absolutamente medida en sus técnicas y sus efectos.El próximo24 de abril Sarajevo acogerá una conferencia de donantes patrocinada por ACNUR,el organismo para los refugiados de la ONU. Durante esta reunión, la agenciapretende recaudar 500 millones de euros, según anunció la portavoz de ACNURMelissa Fleming durante una rueda de prensa celebrada el pasado 3 de abril enel Palacio de las Naciones en Ginebra (Suiza). La cantidad demandada paralograr la resolución de una cuestión humanitaria de primer orden, la de losrefugiados y desplazados producto de la guerra bosnia (1992 – 1995), es clarosíntoma de los problemas que aún mantienen en vilo a la comunidad internacionalrespecto a la cuestión bosnia.

Veinte años no son nada

Fuerzas de paz de la ONU en el Sarajevo Asediado
Fotografía: Christian Maréchal - Fuente

En laactualidad, Bosnia – Herzegovina es un Estado multiétnico con una complicadarealidad en la que se integra la República Srspka (serbo – bosnios) y laFederación bosnio – croata, entidades articuladas en base a unas fronterasartificiales surgidas a raíz de las conquistas militares de los distintosbandos. Los Acuerdos de Dayton, propiciados por el Gobierno de EE.UU. en 1995 yque pusieron fin a la guerra, crearon un país artificial con una paz frágil ypoco esperanzadora. Es tan compleja la situación que la República Srspkacontinúa su lucha diplomática por obtener la independencia total mientras quela Federación bosnio – croata plantea, cada vez más seriamente, su disolución.A estecomplejo panorama político se ha de unir el económico. Bosnia – Herzegovina esuno de los países europeos más pobre, con una tasa de paro altísima, cerca del40%, y del que los inversores extranjeros rehúyen. Y es precisamente elintrincado laberinto político, y por tanto administrativo, el que mantienealejadas las tan  necesarias inversionesextranjeras. Raif Dizdarevic declaraba recientemente a la agencia Reuters: “Bosnia es prisionera de las fuerzasnacionalistas, las divisiones se profundizan y el país retrocede”, en unaclara alusión a los perversos efectos del nacionalismo intransigente en eldesarrollo de los pueblos.

Veinte años no son nada

Vedran Smailovic en la Biblioteca Nacional
de Sarajevo
Fotografía: Mikhail Evstafiev - Fuente

Todos losanalistas y los medios de información sostienen que la dirección de las miradasde Bosnia – Herzegovina están puestas en la Unión Europea. La integración en elamplio espacio europeo, pasando previamente por la admisión en la OTAN, seconcibe como forma elemental para tratar de salvaguardar la actual y deplorablesituación económica del país. Y parece que existe un cierto interés mutuo parafavorecer este acercamiento. Desde medios pro – serbios se sostiene que laintegración de Bosnia en la UE y en la OTAN supondrá que las potenciasoccidentales podrán controlar el desarrollo del país de acuerdo a susrespectivos intereses.Puede que 20años no sean nada. Más en el caso de Bosnia. Después de casi cuatro años desangrientos combates, desarrollados con la crueldad más ilimitada por todas laspartes, parece que nadie ha aprendido la lección de los Balcanes. En Bosniacontinúa más que palpable la división étnica, mientras que las organizacionesinternacionales y las potencias occidentales parece que no se cuestionan quepueda volver a desarrollarse un conflicto de la talla del bosnio. Sin embargo,lo mismo se pensaba a principios de los años noventa.Luis PérezArmiño

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