Elegante y única. Con su innegable encanto, la Place Vendôme no es sólo un emblema de la Ciudad de la Luz, sino también un lugar con un capítulo propio en el devenir de la Europa contemporánea.
Símbolo del lujo, la tradición y el savoir faire, esta singular plaza que nació destinada a ser un referente del urbanismo moderno, ha sido testigo de grandes acontecimientos que la convierten en un lugar único que destila historia.
Carolina Herrera ha inspirado su Vendôme bag en este mágico lugar en el que artesanía, tradición y modernidad conviven en perfecta armonía.
Este modelo presenta tantas caras como historias se han contado en la plaza que le da nombre. Su versatilidad es uno de sus puntos fuertes y se despliega en las 8 propuestas que se presentan en homenaje a la planta octogonal de La Place.
Su diseño deja entrever el esmero de una factura totalmente artesanal, que busca a lo largo de toda su elaboración la perfección. Desestructurado, de apariencia sencilla y sin forro interior, este modelo procede de un minucioso y delicado control en cada uno de los 49 procesos que se llevan a cabo en su fabricación, para que cada remate, costura y detalle sean excepcionales.
Sus asas tubulares son una reinterpretación de las arcadas que rodean la columna Vendôme, mientras que la horizontalidad de los carismáticos edificios que constituyen la identidad de la plaza inspiran el cuerpo del bolso.
La piel Blanes y el Nobuck son la base sobre la que se construyen todas las opciones que, maleables y suaves al tacto, se dejan intervenir por diferentes propuestas.
Flecos, combinados, tricolor, diminutas tachas doradas o desafiantes esmaltadas en negro, hacen única cada una de las versiones de este camaleónico bolso que, como la mítica place parisina, sabe cambiar de piel sin perder un ápice de su magnetismo.
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