La nueva técnica, por el contrario, emplea un láser barato y de baja potencia y un tubo fotomultiplicador, un detector de luz que registra la intensidad total de los fotones que inciden sobre él. Para ponerla a prueba, los investigadores colocaron un objeto en movimiento (un símbolo impreso en una hoja transparente) en el interior de una caja del tamaño de una tostadora y fabricada con plexiglás esmerilado.
Fuente: Pixabay. Licencia CCO
Al iluminarla con luz láser, la pared opaca generaba un patrón de manchas aleatorias, las cuales eran detectadas por un tubo fotomultiplicador situado en el otro lado de la caja. Sin embargo, cuando el objeto emplazado en el interior se movía, el patrón luminoso cambiaba ligeramente. Gracias a una ingeniosa modelización y a un esmerado análisis estadístico, los expertos lograron reconstruir el movimiento del objeto en tres dimensiones.Fuente: Investigación y CienciaMás información