Revista Diario

Verano

Por Myriam Cabanillas
El verano nunca me gustó especialmente, todo el mundo me tiene por rarita por este motivo, pero soy de las pocas personas que conozco que no tiene un pueblo al que emigrar y tampoco salíamos mucho de vacaciones durante mi infancia, así que el verano para mi significaba quedarme en una capital de temperatura asfixiante y sin un solo niño cerca durante mínimo, mínimo, un mes.... sopor y aburrimiento máximos.
Sin embargo, ahora, el verano es otra cosa:

Termina el colegio y llegan las merecidas vacaciones.


Se acabaron los madrugones, las actividades extraescolares, deberes, exámenes, prisas y frustraciones.

El veranos es su descanso, las mañanas que llegan sin despertador.

Es piscina, parque, patines, bicicleta, pistolas y globos de agua...

Son helados, terracitas y paseos.

Es todos los planes y a la vez ninguno concreto.

El verano es para mi, la tranquilidad de verlos relajados y disfrutando.

Pero también es agotador...

Mis hijos elaboran interminables  listas de cosas que les gustaría hacer, ver y comer y todas pasan por mi mano y espalda.

Con semejantes listas y un padre, que trabaja mas horas que el reloj, esta madre que aquí escribe acaba sus días reventada y con la sensación de necesitar unas nuevas vacaciones cuando acaben estas.

Me gustan mucho mas estos veranos que los de mi infancia, lo reconozco, pero a veces me gustaría tener la posibilidad de aburrirme un ratito...


"Happy summer and sweet summer"


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