Revista En Femenino

Verano azul, y rosa

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe
Hoy ha empezado el nuevo curso. Los padawanes ya son los mayores de su colegio de Infantil. Pero éste no va a ser un post de vuelta al cole, no. Es solo el primer día y ya cansa. Hoy es el primer día de clases y de reencontrarse con amigos y con las seños. Lo que significa que ayer terminaron las vacaciones. Se acaba el verano, y los peques ya están preguntando por el próximo. Ya preguntan por Navidad, por su cumpleaños, y por todos los veranos que vendrán. Porque ya saben lo que es el verano.
Se acaba el verano de arena, de orilla, de pelearse con las olas hasta que aprendes a reír con ellas. De volver de la playa y cruzar el paseo todos de la mano, y de quitarse la sal con la manguera en el patio.
Verano azul, y rosaEl verano de pintarnos, todos, las uñas de azul, de rosa, de todos los colores. Y de pintar conchas, y cuadernos, y caras. El verano que acumulamos casi más lápices, témperas, pinceles, ceras y rotuladores que bloques de Lego. El verano de descubrir que los chicos también pueden llevar camisetas de color rosa, como papi.
Se acaba el verano de ir al frigo a por un helado sin pedir permiso. De escupir las pipas de la sandía en el plato. De ir a la cocina a por la pajita o la cuchara que quieren ese día. Y de pedir por las noches "agua fresquita fresquita".
Verano azul, y rosaEl verano de decir adiós a los manguitos. De saltar de cabeza, y de bomba, a lo loco. Y desde los hombros de papi. Y de bucear para rescatar a Marshall, Skye y Zuma del fondo de la piscina. De tocar de puntillas el fondo y oír a Luke chillar: "¡Mira, papi, ya no me cubre!"
El verano de llorar cada vez que se va el primo Rafa. Y de preguntar veinte veces al día cuándo va a venir el Tito Kiko. Se acaba el verano que Leia aprendió a llamar ella sola por el teléfono para charlar y mandar besos a quien echa de menos.
Verano azul, y rosaEl verano de salas de cine, de DVDs y de USBs, el verano hasta de cine de verano. El verano de Kevin, Stuart y Bob y de las risas de los minions, de banana y papaya. El de Anna y Elsa, de las mascotas, sobre todo de Alegría, Tristeza y de Inside Out. Casi tanto como de los Minions.
Se acaba el verano de aprender a bucear, y qué es eso del kárate y cómo mola, de ir a una escuela que no parece una escuela. Pero claro, es que era la escuela de verano. De lanzarse a comprar ellos solos los gusanitos, o de pedirle agua a la chica del bar.
Yo recuerdo muchas veces cómo eran mis veranos, de niño. Sobre todo ahora que vuelvo a verlo todo a través de sus ojos y sus risas. Nada que ver con los de adulto, o de adolescente. Descanso, lecturas, aviones, diccionarios castellano-extranjero, reservas, visitas, cervecitas y charlas, siestas.
Su verano aún es otra cosa. Pero ya saben lo que es el verano. El de verdad, el azul y el rosa.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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