Revista Economía

Vergüenza judicial.

Publicado el 13 mayo 2017 por Torrens

He puesto este título porque es lo que les falta a muchos jueces, vergüenza, como lo demuestra la última de las desvergüenzas: La instrucción de la salida a bolsa de Bankia.

Al concluir el juez Fernando Andreu la instrucción del caso Bankia que investiga la salida a Bolsa de la entidad (copio de El País) “ha procesado a 34 exadministradores entre los que se encuentran el expresidente de la misma Rodrigo Rato, el exministro Ángel Acebes y el empresario Arturo Fernández. Les acusa de delitos de falsedad en las cuentas anuales y fraude de inversores. El juez sobresee el procedimiento para la auditora Deloitte y otros 10 investigados entre los que se encuentran los directivos del CNMV y del Banco de España cuya imputación había solicitado la acusación popular.”
Me he referido varias veces a la inmensa estafa pública de Bankia porque se trata de un caso extrañísimo, sino único, de un país de los considerados como “serios”, donde el propio gobierno (primero PSOE y después PP) recurre a la organización de estafas (Bankia y preferentes) para captar el dinero de los inversores pequeños, medianos y alguno grande, con la intención de usar los fondos obtenidos para solucionar los problemas bancarios y de liquidez del sistema financiero.
Adjunto una nota titulada EL COLMO BANKIA que publiqué el 7 de diciembre 2014 en que describía de manera cronológica como se había desarrollado el inmenso fraude al inversor por parte de políticos y funcionarios, del poder público.
EL COLMO BANKIA.
Por esta razón, el sobreseimiento de Deloitte y de los responsables de la CNMV y el BdE, es total y absolutamente incomprensible, o quizás es al contrario, un juez a la orden ha protegido a los representantes directos de los poderes públicos para esconder la evidencia del origen de la estafa, con más razón todavía cuando el juez Andreu dice basarse, entre otras pruebas, en el folleto de venta de la salida a bolsa de Bankia, que forzosamente tuvo que ser aprobado previamente por la CNMV y el BdE, con el agravante de que varios funcionarios honestos de ambas instituciones negaron su conformidad. También es sorprendente que se acuse a los auditores profesionales que llevaron a cabo la auditoría y que parece ser que fueron despedidos por Deloitte, pero no a la empresa. Es muy extraño que se libere a Deloitte de responsabilidad pero no a sus empleados como se ha informado, si es cierto. En cualquier caso el papel de Deloitte en este caso está plagado de negras nebulosas, y si realmente se acusa solo a sus ex-empleados todavía aumentan más las nebulosas.
No voy a insistir más en el colosal fraude público porque ya lo he comentado en varias notas desde hace años, solo recordaré que cuando Fernández Ordoñez y la catástrofe en forma de vicepresidenta de Elena Salgado fueron interpelados por el Parlamento, demostrando nula vergüenza, negaron toda responsabilidad y salieron del edificio sumamente ofendidos porque algún diputado les enfrentó con su verdadera responsabilidad.
Lo que si voy a hacer para que seamos conscientes del montón de porquería del que somos ciudadanos va a ser dar los datos de un caso no igual pero similar, de ejecución totalmente privada, por supuesto.
El 11 de diciembre de 2008 Bernard Madoff fue detenido en New York. Su grupo de fondos de inversión con cerca de 70.000 millones de US$ de activos después de varios meses de rumores había entrado en fallida. Fue juzgado y el 29 de junio de 2009 condenado por una estafa valorada en 56.000 millones de US$, a 150 años de cárcel, que está cumpliendo desde entonces, y fue decomisado todo su patrimonio valorado en 17.179 millones de US$. Junto con él se condenó a una larga lista de auditores, empleados de sus fondos y supervisores del mercado financiero, algunos a penas de cárcel mucho menores que la de su jefe, pero todos sufrieron sanciones elevadas y los supervisores fueron cesados.
Como podéis comprobar es como si estuviésemos comparando dos planetas muy alejados uno del otro. Lo que las autoridades y la Justicia USA tardaron en detectar el problema, tomar medidas, y concluir el asunto con condenas adecuadas, comparado con la actuación del juez Andreu en un asunto muchísimo menos complejo que el de Madoff es para pasarse varios años riendo a carcajadas si el tema no fuese tan serio y vergonzoso. Para refrescaros la memoria, Bankia salió a Bolsa en julio de 2011 y en junio 2012 el nuevo presidente de la entidad, Goirigolzari aportó datos que significaban la fallida de la entidad, su nacionalización y la aportación de los muchos miles de millones que la aventura ya nos ha costado. Estamos a mediados de mayo 2017, lo que significa que al juez Andreu le ha tomado 5 años desde la fecha en que prácticamente ya tenía todas las pruebas, el tomar una decisión de vergüenza ajena.
Pero hay algo peor. La enorme defraudación pública española la he comparado con un caso similar en Wall Street, que no es precisamente el mercado financiero más riguroso y controlado objetivamente del mundo ni mucho menos y donde también se han dado casos escandalosos aunque sin llegar a la canallada de Bankia y, por supuesto, siempre por entidades o personas privadas, nunca ejecutados o impulsados por poderes públicos, a lo Bankia y preferentes.


VERGÜENZA JUDICIAL.

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