Revista Cultura y Ocio

VERÓNICA (Paco Plaza, 2017)

Publicado el 28 agosto 2017 por Dentro Del Monolito @dentromonolito
VERÓNICA (Paco Plaza, 2017)Pese a que el primer título barajado para la película era «El Expediente», en clara referencia a las películas que James Wan viene realizando en los últimos tiempos, finalmente se optó por Verónica como nombre definitivo para la nueva película de Paco Plaza (Rec, El segundo nombre). Lejos de llevar a la pantalla la famosa leyenda urbana del mismo nombre, la película se inspira lejanamente en el conocido como "caso Vallecas", un suceso real en el que una joven falleció después de haber practicado una sesión de Ouija. Si uno se informa sobre el hecho real, se dará cuenta de que los numerosos cambios efectuados por el guion de la película se antojan muy necesarios, ya que la espectacularidad del material era bastante escasa.
«Verónica» es una cinta de terror, por supuesto, pero lo más destacable es que consigue adoptar un buen equilibrio entre el actual cine de horror mainstream y un cine más de autor que quiere reflejar aspectos más intimistas. En este caso, Paco Plaza logra mostrar una visión muy interesante del traumático paso de la niñez a la edad adulta, con algunos momentos muy certeros que convierten dicho trance en algo inquietante y perturbador desde un punto de vista psicológico. Su dirección demuestra bastante oficio y claridad de ideas a la hora de plasmar todo esto en pantalla. Por supuesto, hay concesiones a ese susto fácil tan habitual en el cine de terror moderno, pero es este un punto que, según avanza el metraje, se va transformando en algo más atmosférico que efectista.
Hay varias cosas que no me gustan, empezando por lo innecesario de esa monja ciega a la que no le encuentro demasiado sentido, y acabando por el propio ente que aparece en la película, y que me parece muy poco trabajado en su diseño. Hay otras decisiones, como la manera en que se retrata a la madre de la familia, que no sé si responden a algo intencionado que busca cierta crítica social o más bien es algo que le conviene al guion para deshacerse del componente adulto. Sea como sea, estos defectos se ven compensados por una acertada puesta en escena y una buena construcción de la tensión, que culmina con un desenlace rotundo que deja buen sabor de boca.
Otra de las decisiones acertadas de «Verónica» es su apuesta por intérpretes noveles para los papeles más importantes. El principal recae en la debutante Sandra Escacena, que carga con el peso de la película sin inmutarse, siendo un estimulante descubrimiento que convence al espectador en su papel de adolescente que tiene que hacerse cargo de sus hermanos pequeños. En ella recae buena parte del éxito final de la cinta. Los niños Bruna González, Claudia Placer y el pequeñísimo Iván Chavero colaboran a dar credibilidad a la trama con una naturalidad increíble. Completan el reparto Ana Torrent como la madre de familia, y Maru Valdivieso en el papel más controvertido, el de esa monja que recuerda inevitablemente a la que aparecía en Expediente Warren 2: El caso Enfield (2016).
En conclusión, creo que estamos ante una propuesta que obviamente recoge influencias de las corrientes más mainstream del cine de terror moderno, pero que sabe unirlas con un trasfondo psicológico interesante como es el de la carga de responsabilidad en la adolescencia. La mezcla concluye en un producto que, si bien no es excesivamente original en muchos de sus planteamientos, podemos situarlo sin problemas a la altura de películas americanas de similar temática.
Mi nota: 7

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