Este tal Belenguer sería merecedor del destierro, siendo generosos, por encontrarse altamente incapacitado para vivir en sociedad. Es la caricatura del extremismo y de la demagogia, es la prueba palpable de que los exremos se tocan y pone aún mas de manifiesto que no se debe prohibir en nombre de la libertad, porque terminaríamos perdiendo todo aquello que costó mucha sangre y muchos siglos conseguir. Sobre el individuo este, no creo que merezca llamársele ciudadano, no es necesario hacer más comentarios.