Revista Cine

victor fleming y howard hawks. los dos de siempre

Publicado el 27 enero 2014 por Enriquestenreiro @soyconfeso


Howard Hawks (1896-1977) y Victor Fleming (1889-1949) se conocieron durante una carrera automovilística. Según el relato del director de The Big Sleep (El sueño eterno, 1946), el primer encuentro entre ambos sucedió así:
«Hice que se estampara contra una valla. Cuando miré hacia atrás, los tablones se estaban astillando en torno a él y tenía el pulgar en la nariz, no se fijaba adónde iba yo, sólo me decía lo que pensaba de mí. Gané la carrera y luego, cuando le vi acercarse a mí, creí que acabábamos a tortas. Pero él dijo: “Ha estado bien, pero no vuelvas a hacerlo”. Salimos de bares un par de noches y nos hicimos muy amigos. De hecho, vino a visitarme y vivió en mi casa durante cinco años».
Esta historia podría haber sido contada por Joe Greer (James Cagney), el piloto de carreras protagonista de The Crowd Roars(1932), película dirigida por Howard Hawks y que en España se tradujo con el efectista título Avidez de tragedia. Y es que para imaginar la relación personal y profesional que Hawks y Fleming mantuvieron a lo largo de sus vidas, no debemos alejarnos mucho de las historias que llevaron a la pantalla, en especial de aquellas relacionadas con otra de las pasiones que compartieron: la aviación. Si dentro del cine la afición por las alturas se tradujo en innumerables títulos aéreos, fuera confluyó en la construcción, mano a mano, de dos aeroplanos con los que volar por el cielo californiano. No son pocas las declaraciones de amor y las muestras de respeto hacia la aviación que encontramos en las películas de ambos cineastas.

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Victor Fleming


El primer acercamiento de Howard Hawks  al cine tiene lugar dos años después que Victor Fleming iniciara su carrera profesional en Flying A, concretamente como asistente de dirección en In Again, Out Again (John Emerson, 1917), protagonizada por Douglas Fairbanks. Este mismo año, desempeña similar tarea —en esta ocasión, no acreditado— para Marshall Neilan. En calidad de productor y escritor su primera película es Quicksands (Jack Conway, 1923), y, ya como director, debuta bajo la tutela de Fox Film Corporation en The Road to Glory (El camino de la gloria), presentada en febrero de 1926. Antes, entre 1924 y 1925, Hawks trabaja en varias de las películas que Fleming dirige para Paramount Pictures: Empty Hands (1924), en donde forma parte del departamento de montaje, y Lord Jim, Adventure y The Devil´s Cargo (todas ellas estrenadas en 1925), en donde actúa como director de producción no acreditado.

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Howard Hawks

En una ocasión Howard Hawks confesó con respecto a Fleming: «Los dos trabajábamos en todo lo que hacía el otro porque siempre estábamos contando la misma historia de los dos amigos». Y es que ambas filmografías tienen un marcado aire de familia: ambos cineastas compartieron asuntos comunes (la camaradería masculina, la ética profesional, la amistad, la aviación…), ambos cineastas tropezaron en la comedia y ambos cineastas mostraron poco interés por el género romántico. Fleming, además, no supo trasladar a la pantalla la tensión sexual entre actor y actriz protagonistas, al menos con la misma ironía que Hawks, aunque sí supo mostrar ese falso desdén con el que el macho se pavonea ante el sexo opuesto. Un ejemplo de todo ello lo encontramos en Test Pilot (Piloto de pruebas, 1938), película escrita por Hawks (de forma no acreditada) y dirigida por Fleming que, inevitablemente, recuerda a Only the Angels have Wings(Howard Hawks, 1939). Muchos críticos acostumbran a revelar en la cinta de Fleming algún «toque Hawks» como, por ejemplo, la manía que tiene Gunner (Spencer Tracy) de pegar un chicle mascado en el ala del avión de Jim (Clark Gable) para asegurar el éxito del vuelo. Efectivamente, esta suerte de superstición es muy hawksiana, y podemos verla en alguna de sus propias películas (en The Crowd Roars, por ejemplo, uno de los pilotos de coches acostumbra a competir acompañado de los patucos del hijo) como una forma de preparar al espectador para el fatal accidente, el cual siempre sucede cuando este ritual metódico y salvador no se lleva a cabo. Además, la ayuda económica a la viuda del compañero fallecido, el conflicto interior de una mujer resignada ante la profesión arriesgada del marido/amante, la muerte del colega o la singular profesionalidad de los pilotos son lugares comunes en ambas filmografías, pero también en un género, el de la aviación, iniciado por William A. Wellman con Wings (Alas, 1927), antecedente cinematográfico de muchas de las situaciones recogidas por Fleming y Hawks en sus respectivas obras.

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Wings (William A. Wellman)


En la colosal película de Wellman, dos pilotos de guerra se convierten en fieles compañeros, en camaradas, hasta que por una confusión uno derriba el avión del otro (justamente cuando el piloto derribado ha olvidado en tierra el talismán: el oso de peluche de su infancia). Tal y como sucede en Test Pilot, en la obra de Wellman, David (Richard Arlen) muere en los brazos del amigo, Jack (Charles `Buddy´ Rogers), quien, entre lágrimas, se despide de su compañero. Difícilmente podremos ver entre dos hombres hawksianosafectos tan explícitos; no sucede lo mismo en la filmografía de Fleming, la cual se acerca más a Wellman en el tratamiento que otorga a la relación entre los amigos que a Hawks, para quien la pareja de colegas se desdibuja dentro de la cuadrilla [Air Force (El bombardero heroico) 1943] o queda relegada a un segundo plano en favor de las secuencias de acción [Ceiling Zero (Águilas de acero), 1936]. Hawks permanece en la superficie de la relación, Fleming se adentra en sus entrañas. Hawks ignora el duelo, Fleming lo emplea como catarsis del héroe. Además, Fleming se asemeja a Wellman en la planificación de las escenas aéreas, cuya lírica es deudora de Wings. Hawks, por el contrario, es más abrupto o precipitado a la hora de mostrar un despegue, un aterrizaje, un accidente… secuencias que terminan por convertirse en una sucesión de planos repetitivos que compensa con un vigor narrativo del que Fleming carece en alguna de sus obras. Con todo, es obvio que Wellman, Hawks y Fleming (y John Ford, y Raoul Walsh, y Lewis Milestone) pertenecen a un mismo universo cinematográfico.

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Only angels have wings (H.Hawks)


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Test Pilot (Victor Fleming)


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Wings (William A. Wellman)


Hawks fue uno de los directores entronizados por la crítica francesa de mediados del siglo XX. Él fue uno de realizadores que devino auteur. Su filmografía, la cual abarca la práctica totalidad de los géneros cinematográficos, continúa hoy en primera plana a diferencia de la de Fleming, a quien la ortodoxia cahieristano le sentó bien a pesar de tratar temas comunes. Cierto es que Hawks falleció en 1977 y tuvo tiempo suficiente para conceder entrevistas, reivindicar autorías, asistir a retrospectivas y ver sus películas en televisión. Fleming, por el contrario, falleció en 1949, al mismo tiempo que la era más dorada de Hollywood exhalaba sus últimos destellos. Gracias a la emisión en la pequeña pantalla de títulos como Treasure Island (La isla del tesoro,1934), Captains Courageous (Capitanes intrépidos, 1937), The Wizard of Oz (El magod e oz, 1939) o Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó, 1939), su filmografía alcanzó un cierto protagonismo tiempo después del fallecimiento, lo cual se tradujo en la colocación de una estrella con su nombre en el paseo de la fama de Los Ángeles, en 1959. Con todo, la grandeza de estos títulos sepultó nuevamente a un director que, careciendo del carisma público (que no profesional) de otros grandes realizadores, fue capaz de contribuir a la construcción de ese lugar en el que hoy viven los héroes cinematográficos.   

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