Viernes 13: más allá del slasher

El año pasado saltó la noticia de que Paramount había recuperado los derechos de Viernes 13 y que para no perderlos debía rodar una nueva entrega. Desde entonces fueron muchos los rumores que surgieron acerca de que esta nueva entrega podría ser la continuación del correcto remake de 2009, es decir, estaríamos ante un Viernes 13 II que, siendo más o menos fiel a la saga, continuaría las andanzas de Jason Voorhees allá donde se quedaron ahora hace ya 5 años.
Surgieron algunos rumores acerca de la localización de la nueva entrega y el hecho de querer situarla en mitad de un paraje nevado (podría ser Crystal Lake en invierno, mismamente). Luego se habló de que Adam Green, artífice de la gran trilogía Hatchet, sonaba como posible director. Y finalmente surgió el rumor que parece haberse hecho oficial según muchas fuentes: la nueva entrega del asesino de campistas más famoso de la historia seguirá los esquemas del found footage (películas de metraje-falso-encontrado).
Gritos. Resignación. Gente rasgándose las vestiduras. Fans enfadados al grito de: "¡Oh no!¡Van a mancillar la saga quitándole el espíritu slasher que tanto la caracteriza para convertirla en El proyecto de la bruja de Crystal Lake!"
Haya paz y recapacitemos:
El cine es un negocio y en los negocios quien manda es el dinero (traducido en la pertinente recaudación en taquilla, en este caso); y si ahora mismo estamos viviendo una situación en la que las productoras han visto un enorme filón en el found footage (bajo coste de producción + una recaudación moderada = éxito), pues puedo llegar a entender que desde el despacho de algún directivo haya surgido la idea de querer dar este enfoque a una saga que lleva activa la friolera de más de tres décadas.
Deberíamos recordar que Viernes 13 ya ha sucumbido a varias modas a lo largo de su existencia, por ejemplo cuando a inicios de los noventa en Viernes 13 parte IX: Jason va al Infierno (Adam Marcus, 1993) se decidió dar ese giro sobrenatural a la saga y que pareció suponer el verdadero final de la misma. O cuando con el nuevo milenio recién estrenado y en pleno resurgimiento del slasher a alguien se le ocurrió la bizarra idea de montar a Jason en una nave espacial del futuro y darnos una visión puramente sci-fi de nuestro psychokiller favorito con Jason X (James Isaac, 2001). Además, respondiendo al clamor de muchos fans y con el propio Sean S. Cunningham en la labores de productor, llegaría el crossover con el universo de la saga de Pesadilla en Elm Street gracias a Freddy vs. Jason (Ronny Yu, 2003).
A parte del celuloide, Jason ha ampliado su universo en formato cómic, cosa que no ha hecho más que ensalzar su categoría como elemento de la cultura popular (igual que lo harían los cómics de Hellraiser para el universo creado por Clive Barker), pese a quien le pese. Ya en los años noventa Topps Comics publicaba una serie de 3 números llamada Jason vs. Leatherface (octubre 1995 - enero 1996), que sin ningún tipo de desperdicio reunía al de Crystal Lake con el matarife de Texas y su familia de caníbales.

Avatar Press publicaría una serie entre mayo de 2005 y junio de 2006 que nos servía para conocer las andanzas de Jason entre los hechos de Freddy vs. Jason y Jason X, además de contarnos qué pasaba con Uber-Jason en el año 2455 en Tierra-II (si eso no es rizar el rizo, que baje el supremo y lo diga).
De diciembre del 2006 a octubre del 2007 WildStorm publica cuatro series más que ahondan en la mitología de Crystal Lake y amplían el bodycount de Voorhees, con precuelas con tintes sobrenaturales y una historia sobre la vida de Pamela Voorhees incluida y publicadas en nuestro país por Planeta DeAgostini en 2008 en dos tomos.
De nuevo WildStorm en asociación con Dynamite Entertainment, decidió explotar el mundo crossover y entre noviembre del 2007 y marzo del 2008 se publica Freddy vs. Jason vs. Ash, que incluía legiones de fantasmas, el Necronomicón y el regreso de un personaje mítico para Viernes 13 como Tommy Jarvis. Entre agosto del 2009 y enero del 2010 se publicaría la continuación bajo el nombre de Freddy vs. Jason vs. Ash: The Nightmare Warriors.

Por lo tanto, cronológicamente, hasta 2009 podemos ver que Viernes 13 se ha alejado bastante del slasher puro instaurado en los ochenta. Hemos visto como Jason se convierte en un espíritu poseedor de cuerpos, cómo ha ido al mismísimo Infierno donde ha entablado relación con Freddy Krueger, se ha topado con Leatherface, hemos conocido las vertientes más místicas de Crystal Lake, Jason ha viajado al espacio y se ha enfrentado al propio Ash de la saga Evil Dead. A todo este cúmulo de situaciones tenemos que sumarle otra moda de la cual el cine actual aún no ha podido deshacerse: la del remake. Todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando conocimos que la nueva entrega que realizaría Marcus Nispel (también director del genial remake de La matanza de Texas) no iba a ser una continuación sino una nueva adaptación. El resultado fue más que correcto, pues se tuvo en cuenta el origen de Jason condensando las tres primeras entregas (dando algún que otro homenaje) y se le dio nueva carnaza a Voorhees, que es lo que en realidad cuenta y siempre ha contado. Ya sea en el espacio, con otros asesinos de por medio o a través de las más inverosímiles historias, la auténtica razón de ser de la saga siempre ha sido la misma: el bodycount.
Por eso ahora y desde aquí, sin querer reivindicar nada ni querer convertirme en abanderado de la nueva entrega que está por venir (cuya fecha de estreno queda, de momento, adjudicada al 13 de marzo de 2015), digo que si la próxima vez que veamos a Jason Voorhees haciendo de las suyas será a través de la cámara digital de turno, con poca iluminación y con el conjunto de sustos fáciles que vienen incorporados de serie en todo found footage que se precie, pues bienvenido sea, pues si algo bueno tiene Viernes 13 es que es una saga polivalente y ecléctica (Jason en el espacio, os vuelvo a recordar). Y bueno... que si por algo llevo tatuado en la piel a Jason es porque para mí siempre será la máxima figura del género, haga lo que haga y sea cual sea la forma en que le veamos en pantalla/papel.
Firmado: un fan de Jason.