Viernes de mitologia

Para este viernes de mitología, he traído a Ganimedes, uno de esos personajes mágicos del mundo griego y que logran hacernos volar a un mundo maravilloso con su historia.
Ganimedes, era un héroe divino de notable belleza, hijo de Laomedonte según muchas fuentes y quien se convirtió en amante de Zeus.
Según cuenta la historia, Ganimedes como muchos héroes griegos, destinaba un tiempo de exilio en el monte de Ida de Frigia. En ese exilio voluntario que tomaban los héroes en la juventud, cuidaban rebaños de ovejas y se dedicaban a la agricultura. Un día Zeus pasó por allí y quedó prendado de su belleza de un modo tan asombroso que se metamorfoseó en águila para raptarlo y llevarlo al monte del Olimpo.
Cuando Zeus lleva a Ganimedes al Olimpo, todos los dioses se alegran de su llegada, menos la esposa de Zeus (Hera), quien lo despreció. Según cuentan, esto fue el comienzo que desembocó la guerra de troya, puesto que Ganimedes no era griego sino troyano y se dice, que esto fue el detonante de aquella lucha encarnizada a la que se unieron después los factores del juicio de Paris y la infidelidad de Zeus con la pléyade Electra de cuya unión nació Dárdano (ascendiente de los reyes troyanos).
El mito de Ganimedes y Zeus representa la homosexualidad en la antigüedad y en esta historia, algo que es sumamente curioso, es el hecho de que el Dios Zeus haya visitado al padre de Ganimedes para decirle que no se entristeciera por su hijo ya que él le daría un puesto de distinción en el Olimpo y le concedería la inmortalidad. Este acto, simboliza la protección y el verdadero amor que siente el dios hacia este héroe troyano, pero simboliza también, la necesidad de que la relación sea aprobada por el padre del muchacho, como así terminó siendo.
Finalmente, Zeus asciende a Ganimedes al cielo como la constelación Aquarius, que no casualmente está relacionada con un águila.