Viernes DIY: plastelina casera

La plastilina es uno de los mejores inventos para pasar un rato entretenido con nuestros hijos. Si bien podemos comprarlas en papelerías y tiendas de manualidades, una opción más divertida, menos tóxica, e incluso, más comestible, es hacerla en casa.
Recetas para hacerla hay muchas y si buscáis en Google, podéis encontrar unas cuantas... Aquí os dejo una de las que me han gustado más y que, además, he probado yo en casa, a base de harina, aceite y cremor tártaro
Los ingredientes que necesitamos son:

• 1 taza de harina
• 1 taza de agua
• 1/4 de taza de sal
• 1 cuch aceite vegetal
• 2 cucharaditas de cremor tártaro en polvo ( se puede encontrar fácilmente en tiendas dedicadas a rpostería creativa )
• Colorantes alimentarios ( mejor en crema o polvo que los líquidos )

La preparación es tan sencilla como meter todos los ingredientes en un cazo y mezclar bien hasta que no tenga grumos. Ponemos a fuego medio y vamos removiendo sin parar hasta que espese.
Si vemos que la masa nos queda un poco floja, podemos añadir un poco más de harina para que sea más consistente
Deberemos repetir la operación con cada color que queramos conseguir.
Os recomiendo guardar la plastelina casera en tarros o potes que cierren bien de forma hermética, porque al contacto con el aire, se endurece y se estropea ( le sale como arenilla )... Si la guardáis mucho tiempo, se acabará pudriendo también, así que, tened en cuenta que es un producto perecedero y que os aguantará un tiempo X
Ninguno de los materiales es tóxico, con lo que es una pastelina apta para todos, incluso los más pequeños ( aunque el sabor es bastante asquerosete ).
Si vuestros hijos son celíacos, podéis sustituir la harina por harina de arroz o de maíz