Revista Cultura y Ocio

Viñeta del lector 24#

Publicado el 12 abril 2017 por Laura Coll Rigo
Viñeta del lector 24#
Ya lo sabéis, yo soy de las que lee en todos lados.
- En la cama, antes de acostarme: muchas veces con una linterna bajo las sábanas. Mis padres no entienden que hay libros que te agarran y no te sueltan hasta que los has terminado. Eso sí, en las películas lo pintan muy idílico, pero aún no he encontrado una pose cómoda, con el ebook me tumbo de lado y es más fácil (aunque la luz de la linterna da directamente en la pantalla y sale un reflejo), pero en papel no hay manera y me canso fácilmente. El último con el que me pasó fue Medio mundo.
- En la silla del escritorio: sí, con la pantalla del ordenador. Antes de tener mi ebook leía sobretodo así, ahora que lo tengo no tanto, pero mi ebook es en blanco y negro, por lo que las novelas gráficas tengo que mirarlas con el ordenador. Y no, no me molesta ni me cansa la vista en absoluto, si no fuera porque no es tan cómodo, leería con el ordenador
- En un sillón, junto al fuego de la chimenea (soy una afortunada, no me linchéis): La sensación de felicidad de estar leyendo una noche de invierno Estudio en escarlata sentada en el sillón  junto al fuego será inolvidable. O volver a casa de madrugada después de una noche de fiesta, encontrar a todo el mundo sumido en un profundo silencio, reavivar las llamas y sentarte a leer en el sillón. No tiene precio. 
- En el sofá: Mi madre siempre quiere redecorar, por lo que en casa estamos haciendo una campaña para evitar que cambie el sofá. ¡Es que es tan cómodo (cuando mi padre no tiene la tele encendida, por supuesto)! Además, es un lugar que me trae agradables recuerdos. Recuerdo una mañana, a las ocho, mientras esperábamos para ir a clase (tendríamos cuatro y diez años), que me senté en el sofá con mi hermano al lado y me puse a leerle un cuento de los hermanos Grimm. ¡Y se durmió! Era más mono...
- En el coche (cuando no me toca conducir): a veces me mareo y no me queda otra que dejar de leer, pero me he acostumbrado porque CADA semana vamos al campo y hay una hora de ida. Nunca olvidarme estar leyendo Sinsajo en el coche mientras estábamos de excursión y yo, con las lágrimas rodando por mi rostro, sin fijarme en nada más que en el libro que tenía entre las manos. Menos mal que bajamos a ver el paisaje, porque me mareé, pero no podía dejar de leer.
- En el autobús: tanto de pie como sentada. Huy, cuando leo un libro de risa en el autobús y estallo en carcajadas...me da mucha vergüenza, pero no puedo evitarlo. Leer Un dios asesinado en el servicio de caballeros en el autobús fue todo un suplicio porque quería reírme de lo lindo y no podía porque la gente me miraría raro.
- Caminando por la calle: ¡y nunca me ha pasado nada! Aunque ahora procuro no hacerlo y prefiero caminar más deprisa, llegar antes a mi destino, y si llego pronto, leer allí, porque leer mientras caminas desconcentra. El último que leí así fue Teme, que como son frases cortas era muy fácil seguirlo mientras caminaba.
- Bajo un árbol en el campo: no es tan maravilloso como parece. Lo hago en verano un par de veces, y he descubierto varias cosas a) si estás al sol te da una insolación, b) el suelo no es mullido, las piedras duelen c) Hay tantos insectos que no sé cómo no han conquistado el mundo. Aún recuerdo cuando las hormigas invadieron el libro que estaba leyendo, El juego de Ender. Ya me podéis imagina soplando para que se fueran ¬¬
- En la cocina: Soy de las que lee mientras come. Normalmente, veo la tele, pero a veces mi padre monopoliza la televisión y tengo que entretenerme de algún modo. Aunque os digo desde ya que es muy incómodo. El último libro que leí así fue Los adivinos, mientras comía filete con patatas y no avancé nada :(
- En el avión: Eso de mirar el paisaje por la ventanilla es de aficionados. ¡Es el lugar perfecto para leer! Esa sensación de "no podría estar haciendo nada más, por lo que no tengo preocupaciones". ¡Y qué mejor libro que El temor de un hombre sabio! ¿Que es un tocho y no es un libro para llevarse de viaje? ¡Para que tú lo digas! A mí me parece perfecto. Me lo llevé para leer durante un viaje de intercambio a Alemania y lo terminé esa misma semana. Eso sí, un día tengo que viajar a Alemania para ver el país porque lo que se dice turismo hice el mínimo exigido...
- En la cola: si tengo un libro a mano, ¿por qué no? Bueno, leer estando de pie es un poco incómodo, pero, ¿qué voy a hacer? ¿Mirar el paisaje? ¿Charlar con la gente? No me importa que me miren mal (no me entero), el último libro que leí así fue El ladrón de sueños, mientras esperaba en una larga cola el día de la "Fira de l'ocupació" para echar un currículum.
- En clase: Ahora en la universidad es difícil, porque normalmente me siento en primera fila, así que me conformo con hacer dibujos. Pero nunca olvidaré estar en quinto de primaria, leyendo Harry Potter y la Orden del Fénix (sí, mi afición por los pesos pesados y el riesgo me viene de pequeña) mientras la profesora explicaba. Me pilló y me sacó al pasillo (sin el libro, por desgracia). Esa ha sido una de las pocas veces que me han echado de clase.
- En la playa: tampoco es tan bonito como parece. Vivo en una isla, por lo que tengo la playa cerca y en verano voy muy a menudo. Además, cada año vamos una semana a un apartamento que está en la playa (literalmente, en el suelo del piso hay arena) y allí suelo leer mucho tumbada en la toalla, aunque prefiero una tumbona porque, como os digo, la arena es más incómoda de lo que parece. Nunca olvidaré leer allí La sombra de la luna, uno de mis libros favoritos.
- En el agua: ¡Es broma! Aunque tengo que hacerlo un día....sin poner en riesgo la integridad del libro, por supuesto. o como mínimo intentarlo.
Y vosotros, ¿en qué sitios soléis leer? ¿Cuál es el sitio más raro en el que habéis leído?

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