Revista Insólito

Violencia masculina en la pareja

Por Rferrari @saludigital

Violencia masculina en la pareja

La construcción de la identidad masculina.-

Badinter (1993) señala que el hombre ha de hacerse. La identidad masculina se construye por oposición diferenciándose de la femenina, desde éste punto de vista podemos entender la masculinidad como una reacción, más que como un resultado de identificaciones.-

En este punto cabe diferenciar conceptos:

identidad de género: constructo teórico que permite comprender los rasgos y funciones psicológicas y socioculturales que se atribuyen a cada sexo (y son por lo tanto modificables) y la  identificación con los valores y los atributos culturales adjudicados en un contexto histórico-geográfico determinado a la masculinidad o a la feminidad.-.-

identidad sexual: identificación del sí-mismo como perteneciente al sexo masculino o femenino, anatómica, morfológica y fisiológicamente.-

De acuerdo a un enfoque ecológico la construcción de la identidad masculina es un complejo formado por valores que determinan el estereotipo de género masculino y los lugares relativos del varón y la mujer en la sociedad.

Los mandatos culturales comportan prescripciones y prohibiciones, la más fuerte de ellas es “no parecerse a una mujer”. Desde el microsistema hablamos de la importancia del afecto paterno: el padre lejano, ausente, faltante, implica para el hijo varón el único modelo para diferenciarse de lo femenino materno. Un padre de estas características incorpora la distancia corporal, la inexpresividad, la ausencia de sentimientos tiernos como atributos que tienden a incrementar la sensación de pertenencia a la género masculino.-

Desde 1986 existe en algunos países actividades grupales masculinas tendientes a recuperar sus aspectos “femeninos” , en casi todos los casos existe una presión social que les exige una vuelta a la imágen estereotipada del varón tradicional.-

Masculinidad y violencia.-

Históricamente, los estudios acerca del género femenino precedieron a los que se ocupan de la condición masculina. Del mismo modo, los trabajos sobre violencia familiar se ocuparon en primera instancia del problema de las mujeres maltratadas. Posteriormente se vio la necesidad de enfocar la problemática correlativa: los hombres golpeadores.-

Cuando hablamos de hombres golpeadores nos referimos a todos aquellos que ejercen algún tipo de abuso (físico, emocional, o sexual) .

James Ptacek,  (1984) en su revisión de la literatura clínica sobre hombres maltratadores consideró que existen algunas tendencias de interpretación preocupantes:

1) Insuficiente análisis de las perspectivas de género

2) Tendencia a culpabilizar a la víctima

3) Psicopatologización

Una de las definiciones más extendidas ve a los  hombres golpeadores como dueños de  una personalidad “sádica” o bien “pasivo-agresiva”, que presentan características paranoides o personalidad borderline, en definitiva características pasibles de ser encuadradas dentro de la psicopatología.-

El mayor peligro de asociar la conducta violenta a características psicopatológicas o adicciones o trastornos de personalidad, consiste en que le quita responsabilidad sobre el hecho .-

También se ha intentado explicar la conducta violenta con un modelo basado en elementos de tipo biológico o hereditario: Ej. mayor predisposición biológica del hombre a la violencia.- Un tercer tipo de explicaciones proviene de la sociología y aplica la violencia conyugal al resultado de una sociedad patriarcal en que se acepta la dominación del hombre sobre la mujer.-

Cada uno de estos enfoques es parcial e insuficiente y no agota el tema, la violencia de género es una entidad en sí misma, una estructura con reglas propias y no un síntoma de un problema psicopatológico individual. Los hombres que ejercen violencia física en sus relaciones de pareja suelen ser una caricatura de cómo “debe” comportarse un varón. Siempre debajo de una capa de racionalidad encontramos un sistema de creencias apoyado en el sexismo.-

Otra de las características es la dificultad en la expresión de sentimientos y la prohibición tácita de expresarlos, porque ésto es considerado un síntoma de debilidad y el hombre “debe” ser fuerte.-Esta especie de discapacidad comunicacional está relacionada con la inhabilidad para resolver conflictos de otra manera que no sea la violenta.

La violencia proporciona una forma temporaria de poder.-Las investigaciones de Dutton (1988)concluyen que estos hombres interpretan las situaciones como amenazas aún sin evidencias suficientes (ello apoyado en una baja autoestima).-

Otra característica casi siempre presente es el aislamiento emocional. Se trata de un tipo de aislamiento social vinculado a lo afectivo; algunos hombres relatan que tienen muchos amigos, se relacionan con muchas personas pero en la esfera privada no son capaces de armar relaciones de cercanía.-

Asociado a ésto encontramos muchas veces indicios de un imagen de sí mismo muy desvalorizada : en el mundo público no se atreven a decir lo que piensan o quieren, en el ámbito privado suelen justificase con frases como “ella me provoca” “yo no sé lo que hago en esos momentos” etc..las racionalizaciones son válidas para su pareja pero no en otras situaciones donde sí parece que pueden controlarse. Es por eso que se hace tan difícil el trabajo terapéutico: no sienten responsabilidad por sus actos, por lo tanto tampoco pueden pedir ayuda para resolver éstos problemas, porque no los perciben como propios. Buscan la responsabilidad afuera: en la mujer, la familia, la situación del país, los hijos, los problemas económicos, etc…

Estos hombres han incorporado un modelo de estructura jerárquica como modo de resolución de conflictos interpersonales, un modelo presente en su propia historia de vida. Eran los que ocupaban el lugar inferior en la escala jerárquica de la pirámide de poder intra familiar. Es muy frecuente que hayan sido víctimas de violencia en distintas formas o testigos de interacciones violentas .-

Resumiendo:

El comportamiento intra familiar violento es una conducta aprendida y relacionada con experiencias vividas en la infancia y adolescencia. Los agresores no son enfermos mentales sino personas con trastornos de carácter, bajo nivel de inteligencia emocional y baja capacidad de resolución de conflictos; todo en el marco de una ideología sexista.

Suelen presentar dificultades severas para seguir un tratamiento, no internalizan el problema como propio, tienen una gran dependencia emocional hacia la mujer y por eso no soportan el abandono porque no soportan estar solos. La restricción emocional de estos hombres se manifiesta en el lenguaje verbal y el lenguaje conductual : Ej rostro rígido hasta ser inexpresivo, rigidez corporal, discursos muy racionales, asociación del hecho de ser observado con el de ser acusado, se ubican en un lugar pasivo, etc…

Aunque gran parte de los hombres violentos han padecido maltrato en su familia de origen como víctimas o testigos de relaciones abusivas, ésto NO justifica su accionar violento actual. Son momentos evolutivos diferentes, su historia no debiera servir para exculparlos sino para ayudarle a entender que aspectos de su subjetividad están dañados.-

Para saber más:

Bernard Ch & Schiafer j (1990) : Dejad a los hombres en paz. Barcelona, Paidós, 1993

Piaget, J: Personas dominantes, Buenos Aires, Bergara (1993)

Corsi, Jorge: Violencia masculina en la pareja, Buenos Aires, Paidós (1995)

Dutton Donald G. : El golpeador: un perfil psicológico. Buenos Aires , Paidós (1997)


Archivado en: psicoterapia de pareja, sociología de la violencia, violencia familiar Tagged: género, hombres golpeadores, hombres violentos, identidad de género, poder, violencia familiar

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