Revista Infancia

Violencia obstètrica, un chiste??

Por Janeth
Violencia obstètrica, un chiste??Hay un dicho que reza "zapatero a su zapato"  y si alguien se sale de su oficio deberìa ser con la noble intenciòn de ayudar, no de ofender o encontrar pùblico a costa de burlas, es diferente "reirse con" que "reirse de", en los tiempos que corren donde se aboga por los derechos humanos y la igualdad de gèneros, no tienen cabida los "chistes" salidos de  la "creatividad" y pluma del  "Doctor" Javier Server Gozálbez. No se han obtenido verdaderas y sentidas disculpas, porque como siempre pasa con figuras de supuesto poder, en este caso un Mèdico, entonces se tiende a minimizar la situaciòn o colocar a las mujeres como lloronas y exageradas. No Señores, no hay nada de exageraciòn  en las reacciones de las mujeres a quienes ustedes desde su altìsimo pedestal han humillado, porque no se trata de si son chistes o no, el grave hecho radica es de donde provienen, de la mano y "creatividad" de un "profesional" en el cual han confiado miles de mujeres su cuerpo y problemas. Usted "Doctor" hizo un juramento, o de eso tambièn se puede hacer un chiste??Usted se debe a sus pacientes y no al contrario, usted debe venerar su profesiòn, debe tener humildad profesional, su profesiòn pese a que se ha hecho ver lo contrario no tiene poder sobre las mujeres, ni sobre sus cuerpos ni lo que se le ha confiado en su consultorio. Su profesiòn deberìa ir de la mano de un trato humano hacia el paciente, el no involucrarse con las personas a quienes atiende no significa que deshumanize en ofensivas viñetas las diferentes situaciones o casos atendidos, debe existir un manto de respeto y ètica de usted como profesionaly por si lo ha olvidado, lea el juramento hipocràtico no hipòcrita que debe haber hecho en sus dìas de graduando:

Texto del Juramento Hipocrático

"Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higías y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia. Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de recompensa.
Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que determine la ley médica, y a nadie más.
Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos.
Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se dedican a practicarla.
En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos.
Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando como un deber el ser discreto en tales casos.
Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión,
honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria.".

Texto Adaptado del Juramento Hipocrático

En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad.
Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento a que son acreedores.
Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones.
Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí.
Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos.
No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase.
Tendré absoluto respeto por la vida humana, desde su concepción.
Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad.
Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.

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