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Visita a la Hospedería Nuestra Señora del Rosario, en el corazón de La Mancha

Por Rutasporespana @RutasporEspana

Visita a la Hospedería Nuestra Señora del Rosario, en el corazón de La Mancha

Hoy visitamos la hospedería de Nuestra Señora del Rosario una de las nuevas hospederías que se han unido a la Red de Hospedería de Castilla La Mancha, y se encuentra en la localidad de El Provencio a medio camino entre Madrid y Valencia. Acompáñanos en este recorrido por uno de los espacios hoteleros más originales de La Mancha.

¿Cómo llegar?

La hospedería se encuentra junto a la N-301 a la entrada de la localidad de El Provencio (Cuenca). A uno 200 km de Madrid y de Valencia. Por lo que se encuentra en un lugar neurálgico tanto para una escapada de fin de semana, como una reunión de empresa a medio camino o una parada de camino a la costa.

¿Qué es una hospedería?

Lo primero que te estarás preguntando que es una hospedería. Seguramente este nombre te evoque al Camino de Santiago o a los alojamientos en la Edad Media. Pues no, este nombre es el que se le ha dado en Castilla La Mancha a los establecimientos hoteleros de 3 a 5 estrellas, ubicados en edificios singulares y situados en entornos de gran valor paisajístico, monumental o natural. Además de contar con una alta calidad de equipamientos y servicios. Siendo una de las máximas distinciones a un alojamiento situado en Castilla-La Mancha. Podríamos decir que sería el equivalente a un Parador, pero de ámbito autonómico.

Un poco de historia sobre la hospedería de Nuestra Señora del Rosario

Ante de pasar a adentrarnos en este establecimiento hotelero. Déjame que te cuente porque es un edificio tan singular. Para ello debemos remontarnos a 1945 a la pequeña localidad de El Provencio. Un pueblo prominentemente agrícola, cuyos vecinos se dedicaban principalmente al cultivo de la vid. En una coyuntura donde acaba de termina la Segunda Guerra Mundial. Francia se encontraba arrasada por la guerra por lo que su producción de vino era inexistente. Esto hizo que España se convertirá en el principal suministrador de vino de Europa, pero para poder cubrir toda esta demanda debía de industrializarse su producción.

En estos años, la producción de vino en El Provencio se limitaba a las casas de los vecinos, donde los excedentes se vendían en los mercados y en los pueblos vecinos. Así que por este motivo un grupo de agricultores se unieron para crear un sindicato agrario. Desde el edificio donde hoy se encuentra el Museo del Cómic de El Provencio, sus socios tomaron la decisión de construir una cooperativa de vino en unos terrenos a las afueras del pueblo.

Una nueva cooperativa

El proyecto de este nuevo edificio fue a cargo de Pascual Carrión y Carrión, uno de los grandes impulsores de la reforma agraria durante la Segunda República. Ligado a figuras históricas como Giner de los Ríos, Ortega y Gasset o Azaña. Pascual planteó el proyecto de forma que externamente pareciera una casa de labranza o un cortijo. Un edificio con solo dos alturas con fachadas blancas y arcos; de forma que no rompiera con el paisaje manchego de la época

Y así es como en pocos años empezó a entrar en funcionamiento la cooperativa Nuestra Señora del Rosario. Sin embargo 10 años después se les quedó pequeña así que tuvieron que construir una segunda nave anexa para poder seguir creciendo.

Finalmente en los años 90 del pasado siglo. Ya con la existencia de dos cooperativas, los socios de ambas tomaron la decisión de fusionarlas y crear una nueva a la entrada del pueblo con todos los adelantos tecnológicos. Incluso con una embotelladora (algo que en esos años no era habitual ya que en la comarca todas las cooperativas vendían el vino al granel).

¿Y que pasó con la antigua cooperativa?

Pues la segunda nave tuvo que desmantelarse ya que ahí se encontraban los grandes depósitos de acero que se llevaron a la nueva bodega. Sin embargo, la primera nave se mantuvo durante años para la venta de vino a granel para los socios.

Pues finalmente llegamos a 2019 ante un edifico sin uso, que poco a poco se estaba deteriorando. Por suerte una subvención de Fondos Europeos, le permitió darle una nueva vida a este edificio tan singular, que se salvó de la quema como tantos años atrás edificios de la época que han desaparecido en los pueblos manchegos.

Tras un par de años y una pandemia entremedias, en abril 2023 terminan las obras de recuperación para transformar la segunda nave de la cooperativa (o bodega vieja como lo conocen los vecinos) en un espacio hotelero singular.

Visita a la hospedería de Nuestra Señora del Rosario

Nos adentramos en el edificio y lo primero que nos llama la atención es la fachada. Como ya te he comentado uno de los aspectos constructivos de la época de postguerra.

Una vez dentro nos sorprende el aspecto moderno que contrasta con la antigüedad del edificio. Tablones de madera, una parra, lámparas vanguardistas con motivos florales,... Son las señas de identidad de esta decoración que intenta hacer un guiño al origen del edificio, como si estuviéramos en el interior de una barrica de vino.

Otro de los aspectos interesantes, que se estableció en su construcción, es que no tuviera ningún tipo de barrera arquitectónica. Ya que su objetivo era que pudiera ser utilizado por cualquier persona con problemas de movilidad o personas mayores. Por lo que todo el suelo se encuentra en el mismo nivel, incluso en las habitaciones no hay ningún tipo de obstáculo que dificulte la entrada de una silla de rueda. Además los pasillos son amplios y no cuentan con moqueta que pueda dificultar su acceso.

¿Y con qué cuenta este hotel?

Pues tiene 25 habitaciones doble, minibar, caja fuerte, cafetería, restaurante, recepción 24h, Wi fi y servicio de habitaciones. Todo lo esperado para un alojamiento de 3 estrellas.

Tras hablar con los chicos de recepción pudimos hacer una visita a las habitaciones y descubrir el corazón de esta hospedería, la bodega. Como ya te comenté el edificio se construyó sobre las ruinas de la segunda nave de la cooperativa sin embargo todavía había partes que había sobrevivido.

Por ejemplo la zona del descargadero de uva cuyos pilares conforman hoy la cocina del restaurante. O los depósitos de los hollejos donde se hacía el orujo, que todavía se encuentra en el patio, y que por su altura es ideal como escenario de conciertos.

Y por último la bodega, donde todavía podemos ver los depósitos de hormigón y acero en altura formando pasillos, acompañados con depósitos subterráneos a los lados y en el centro, para optimizar más si cabe la capacidad de almacenamiento de la cooperativa. Sin duda uno de los lugares más impresionantes de este edificio. Una zona que se ha convertido en tienda de producto de la zona, y que seguramente en un futuro será lugar de catas o cenas informales.

Solo falta un espacio más, la nave primera. Como te comenté la que se utilizaba para la venta de vino a granel, pero que debido a las graves consecuencias de Filomena se vio afectada la cubierta. Un espacio que esta pendiente de recuperar y que aumentará más si cabe el espacio del restaurante permitiendo incluso organizar congresos o bodas. Ya que la primera nave tiene el mismo tamaño que todo el edificio que ocupa ahora la hospedería.

Una decoración de moderna

Seguimos descubriendo las diferentes capas de este edificio. Otra de las curiosidades es que el edificio quiere ser un motor para promocionar los productos locales. Enfrente de la recepción encontramos una estantería con toda la gama de vinos de Bodegas Campos Reales, la actual cooperativa de El Provencio. Y en su centro una vasija del famoso ceramista Adrián Calero, natural de El Provencio, pero que paso parte de su vida en la vecina localidad de Villarrobledo.

Esta conexión entre pueblo también lo encontramos en los cuadros que decoran los pasillos y el comedor. Obras del pintor Alfonso Parra, natural de Villarrobledo. Fue un gran representante de la pintura de vanguardias que ha expuesto en museos tan importantes como el de Nueva York y que cuenta con cuadros en el Museo Reina Sofia y en el museo de Arte Abstracto de Cuenca. Tras una gran carrera decidió refugiarse en el cercano pueblo de El Provencio, donde contaba con grandes amigos. Con su muerte donó todos sus cuadros (cerca de 1.000) al pueblo que le acogió, por lo que hoy podemos disfrutar de una pequeña parte de su obra en este edificio.

Como puedes ver existe un intercambio de artistas entre los municipios de El Provencio y Villarrobledo. Y esto no es casualidad ya que el gerente de este nuevo establecimiento es Diego Calero, natural de Villarrobledo, que junto a su pareja María José, venía después de su gran éxito en el Hotel-Restaurante El Sueño de Jemik situado en La Roda, con el que espera repetir su éxito con este nuevo establecimiento.

Pasamos al restaurante

Enfrente de recepción encontramos la cafetería de la hospedería. Un espacio moderno para tomar unas copas o pasar una sobremesa tomando un café. Un lugar acogedor donde se mantiene un ambiente tranquilo. En la carta de la cafetería podemos encontrar platos combinados, raciones y postres, todo ello acompañados de vinos de Bodegas Campos Reales.

A continuación, entramos en el comedor situado en la antesala de la bodega. Un rincón con las mejores vistas de la bodega, donde podremos comer acompañados con las barricas y depósitos de vino.

Empezamos pidiendo una botella de vino Chardonnay de Bodegas Campo Reales, uno de sus vinos blancos más famosos. Mientras, nos iban contando los diferentes platos con los que contaban para ese día. Siendo regentes del restaurante El Sueño de Jemik era de espera contar con una cocina de platos modernos con productos de la zona.

Los platos

No esperéis encontrar en la carta un plato de oreja, unas bravas o las famosas patatas langosta (uno de los platos más famosos de El Provencio). Ya que por palabras de su gerente Diego Calero, no han venido a competir con los bares del pueblo. Puede sorprender para los vecinos del pueblo o aquellos entre los que me incluyo, que dejamos el pueblo para ir a la ciudad, y que al sentarnos aquí a comer nos sorprenda encontrar unos platos más propios de una gran capital que en un pueblo de 2500 habitantes. Como si por el hecho de encontrarnos en una zona rural no se pudiera hacer cocina de vanguardia.

Dejando a un lado la critica a algunas actitudes que me encontrado en mis viajes, sobre lo que se puede o no se puede hacer en un pueblo. Decidimos dejarnos aconsejar por la camarera y pedir unos torreznos de Soria, una tabla de quesos y una pata de pulpo.

Poco se puede decir de la presencia, juzguen ustedes.

Vamos a por los postres

Si te puedo decir el sabor, espectacular. Después de una cena ligera, dejamos hueco para el postre. En este caso Alicia optó por una torrija con azúcar tostado y yo con una tarta de chocolate. Acompañado de una infusión de cerezas, una recomendación de una de las chicas de recepción, que nos indicó la gran variedad de tés e infusiones que contaban en el restaurante.

Pues nada más podemos decir, después de una gran velada, tuvimos que abandonar la hospedería de Nuestra Señora del Rosario, que seguro que dará mucho que hablar dentro de unos meses en la comarca. Así que te invitamos que venga a descubrir este nuevo espacio que ya forma parte del patrimonio cultura de El Provencio. Y si todavía no conocer este pueblo manchego, aquí puedes leer todo lo que te está perdiendo.

Más información

Si quieres disfrutar de este alojamiento y disfrutar de un fin de semana entre buenos vinos y un lugar único, a que esperas reserva ya tu habitación:

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