Visita Bodegas Alcoví, Almedíjar

Una vez más, una servidora ha organizado un día de excursión con amigos y simpatizantes de este blog, con la finalidad de ir conociendo poco a poco lugares, personas y empresas relacionadas con el mundo de la gastronomía que tanto nos gusta… esta vez, con visita a Bodegas Alcoví y Quesería Los Corrales, con cata de vinos y quesos incluida.

El pasado domingo día 6 de noviembre estuvimos en Almedíjar, un pequeño pueblo ubicado en el corazón de la Sierra de Espadán (Castellón).

Lo primero que hicimos al bajar del bus, fue atravesar el pueblo en busca de la montaña…

Nos esperaba un paseo por el monte de una hora aproximadamente, para estirar las piernas, charlar con los amigos, respirar aire puro y contemplar los famosos alcornocales típicos de la Sierra de Espadán, de los que la bodega que luego iremos a ver, se provee para taponar sus crianzas y tintos… Se hizo corto!

All final de nuestro recorrido de ida, hicimos un pequeño descanso bajo las impresionantes ramas de una enorme castañera que se yergue rodeada de alcornoques. En el camino que conduce a ella, pudimos leer su leyenda.

A la llegada al pueblo, fuimos directos a la bodega.

Allí Mayte y Asun, de las Bodegas Alcoví, y Mª Jesús, de la Quesería Los Corrales, esperaban a nuestro grupo. Nos explicaron la actividad tanto de la bodega como de la quesería; nos dieron detalles de cómo elaboran ambas empresas vinos y quesos. Luego vino lo que todos ansiábamos: la cata de tres de sus vinos y de seis quesos… Cada producto, con personalidad propia y sabor único… pero vamos por partes!

Mayte nos enseñó la bodega y nos contó su historia:

Son cinco socios en la bodega, dos de los cuales tienen viñedos, a una altitud de unos cuatrocientos metros sobre el nivel del mar, repartidos en ocho hectáreas de terreno. De ellos obtienen las uvas con las que posteriormente elaboran el vino. Las variedades para tinto: Cabernet-Sauvignon, Shiraz, Monastrell, Garnacha y Tempranillo. Para blanco: Planta Fina, Castellana y Sauvignon Blanc.

Este proyecto nació a partir de la bodega que tenían los abuelos de los actuales propietarios, donde se hacía vino para uso particular hasta que en el año 2006 los herederos decidieron juntarse y dedicarse profesionalmente a ello.

Hasta que no pasan tres años de la última plantación, no es posible hacer que la bodega sea ecológica, por tanto -y dadas las fechas de las últimas- hasta ahora solamente se puede decir que son ecológicos los viñedos.

La bodega es pequeña (en su tamaño, no desde luego en la pasión y la ilusión que cada trabajador imprime con su esfuerzo… y eso se nota!). Consta de 3 plantas. En la de abajo, se apilan los cajones donde se recolecta la uva. A través de un espacio que comunica con la primera planta, se hace llegar a los depósitos de acero inoxidable y demás maquinaria para su elaboración… También encontramos en este primer nivel las barricas y algunas máquinas del proceso final.

Mayte nos contaba que una botella se toca en esta bodega unas 18 veces antes de meterla en la caja, no como ocurriría en una línea de llenado industrial, donde embotellado, taponado, encapsulado y etiquetado se realizan de manera sucesiva sin que nadie “meta mano”. Imaginad!! 23.000 botellas que es su producción… etiquetadas a mano una a una!!

Un apunte para decir que los corchos deben ser porosos para que permitan evolucionar al vino dentro de la botella tal como ellos desean que ocurra… de ahí que en algunos se necesiten quizá tapones de diferentes consistencias. Los blancos y rosados no son de corcho natural para que la oxidación no estropee el caldo (los vinos de Bodegas Alcovi son muy ferrosos, debido a su suelo… cosa que beneficia a los viñedos porque a pesar de la sequía que padece la zona, el suelo recoje la humedad del rocío y deja que llegue a las raíces de las vides, de las que por fin y casi milagrosamente brotan los racimos).

Después pasamos al primer piso y la explicación de Mayte continuó para darnos a conocer todo el proceso.

La verdad que se aprende muchísimo y desde aquí os animamos a que visitéis lugares como Bodegas Alcoví, porque la sencillez, la experiencia y el trabajo bien hecho se refleja en cada detalle. A modo de ejemplo y como dijo Mayte:

Si hemos estado cuidando nuestras uvas y cepas en el método ecológico, no podemos luego funcionar aquí en bodega conotro método que sea transgresor…

Una de las cosas que más me llamó la atención fue la explicación de las barricas:

Las barricas son las que más beben de toda la bodega.. una botella y cuarto al mes aproximadamente…

Del vino que está 14 meses en una barrica donde caben 225 litros, se pierden unos 17 litros. Lo que sucede en este proceso es que la barrica juega con el oxígeno que hay en el exterior y el vino se evapora. La fermentación consiste en convertir el azúcar en alcohol. El sol de nuestra Comunidad Valenciana y la falta de lluvias hace que aumente la concentración de azúcar, lo que provoca a su vez un aumento de alcohol. Es por eso de la importacia de usar barricas: cuanto más tiempo pase el vino en ellas, la sensación alcohólica que daría un vino joven disminuye notablemente.

Ellos usan dos tipos de barricas: de roble francés y roble americano. La americana da el sabor a madera; la francesa, sabores avainillados que disfrazan el inicial del alcohol.

Y por fin llegó la cata!!

De los vinos, solo os diré que no imaginaba que estuvieran tan buenos…

Asun y su hijo prepararon mesas, copas y vinos… Una larga mesa llena de aromas, jugos gástricos dispuestos y el buen rollo que siempre acompaña nuestro grupo esperaba para catar un blanco (maridando los quesos de Quesería Los Corrales) y dos tintos.

De los vinos, os paso alguna fotito más, y por supuesto las fichas de cata de sus vinos: Alcovi Blanco, Paraje de Mosquera, Rodeno y Señorío de Almedíjar.

De los quesos… eso os lo cuento casi mejor en el próximo post!