Revista Cultura y Ocio

Volver a empezar

Publicado el 31 agosto 2016 por Ginnata

Volver a empezar
Esta entrada es mas para mi que para vosotros. Necesito escribir, y además, recordarme quien soy como soy. No os voy a engañar: lo he pasado mal. Muy, muy, pero que muy mal. Hay quien tiene más y menos suerte, yo soy de las segundas. Lo cierto es que aunque aun tenga recaídas soy alguien fuerte (y me lo tengo que decir yo misma para que no me suene solo a palabras vacías) y poco a poco voy vislumbrando una mejoría.
Hay que acabar con la visión de que depresión es estar llorando todo el tiempo. Eso no es una depresión, es llorar. Dejad de estigmatizar enfermedades graves. En mi experiencia depresión no significa llorar (porque no tienes suficiente espíritu como para hacer eso) para mi cobra un significado bastante diferente.
Depresión es, a grandes rasgos, no ser tú. Ser la peor versión de ti mismo. Depresión es no salir de la cama en todo el día por no tener fuerzas. Es odiarte por el hecho de ser lo que eres, y hacértelo pagar. Dejar de comer, incluso de ducharte algunos días. Es simplemente dejar de ser. Pero es un dejar de ser doloroso y abrupto.
Es oscuro y no ves nada, no escuchas nada. No puedes salir de ahí tu sola y, al mismo tiempo, no puedes pedir ayuda, porque no sabes hacer eso. Te culpas. Evidentemente tu tienes la culpa de todo, De ser débil, de ser estúpida, de ser un fracaso.
No se sabe bien cuando comienzas a superarlo. Es un sentimiento extraño, de cercanía, cálido. Y tu cuerpo empieza a desentumecerse, a respirar aire nuevo. Y ese es el momento en el que empiezas a dialogar contigo misma. Te preguntas cosas fáciles al principio; "¿Debería comer hoy, verdad?" "¿Vamos a la ducha?" 
Vas afinando el dialogo con el tiempo. Reconoces que has estado perdida, ausente, inerte. Pero inerte en la forma que se marchita una flor. Marchita, si, esa es la palabra exacta para escribirlo. Tras mucho tiempo en ese estado es difícil recuperar todo lo perdido. Se necesita tiempo para volver a florecer.
Te vas marcando objetivos, al principio fáciles, luego vas subiendo la dificultad. Y así el dialogo con una misma mejora. Y eso tu cuerpo lo empieza a agradecer. A veces vuelves a caer, pero es normal tropezar cuando tus piernas aun están débiles. Te vuelves a echar la culpa pero ahora ves algo de luz.
Los matices grises se van tornando mas cálidos, mas fuertes. Empiezas a mirar de forma diferente, nueva. Y continuas las conversiones perdidas. Ya no tratas solo de hablar contigo, intentas volver al mundo cotidiano, con tu familia, tus amigos, toda esa gente que esta a tu alrededor. 
¿Y como sabes que te has recuperado? Bueno, llega un momento en el que coges tanta confianza contigo misma que te pides perdón. Perdón por haberte maltratado, por haberte culpado, por haberte hecho tanto daño. Pero tu no estas enfadada, te dices que ya no hay nada que perdonar, que ya todo esta bien. Y así es, todo esta bien, has hecho las paces contigo misma. Porque eres fuerte. Porque soy fuerte.

Volver a la Portada de Logo Paperblog