Voyeurismo: deseo tras una ventana

Una habitación. Una ventana con vistas a las viviendas colindantes. Unos ojos que descansan sobre una pareja que se demuestra su amor en una casa cercana. En su cuerpo, sentimientos de gran excitación. Posiblemente repetirá.

El voyeurismo está considerado un trastorno, siempre y cuando suponga un problema en el devenir diario de la persona. Como habréis podido deducir de la introducción, consiste en la aparición de fantasías recurrentes altamente excitantes, impulsos sexuales u otros comportamientos relacionados, los cuales se manifiestan al observar ocultamente a personas desnudas, desnudándose o en plena actividad sexual.

Es un trastorno mucho más frecuente en hombres, dada su rapidez para recorrer todas las fases de la respuesta sexual.

Lo más curioso de este cuadro es la razón su aparición. La hipótesis más sostenida es que se debe a una simple casualidad. Por puro azar, se ha asociado el momento en el que la persona se encontraba excitada sexualmente por cualquier circunstancia (masturbación, visualización de pornografía, etc) con una escena en la que otra u otras personas eran partícipes de algún acto sexual o realizaban acciones que pudieran resultar excitantes a los ojos de los demás.

El tratamiento para esta parafilia (nombre reservado para las conductas sexuales “desviadas”) es común al empleado en muchas otras como el fetichismo, el exhibicionismo o el frotteurismo: exponerse a las situaciones que provocan excitación justo después de la eyaculación, es decir, en el momento en el que la “fogosidad” está en su punto más bajo. El objetivo: crear la asociación contraria.