Revista Política

Vuelo

Publicado el 05 noviembre 2015 por Alejandropumarino

Vuelo

El terreno natural de los aviones es el aire, donde se mueven desde luego, con bastante más ligereza que en tierra; un avión es torpe en el aeropuerto hasta que empieza a levantar el morro de la pista, precisamente uno de los momentos más peligrosos en el vuelo, aunque sigue siendo el método de viaje más seguro con menos accidentes por pasajero y kilómetro.

Un Airbus en mitad de su trayecto se viene al suelo sin más explicaciones; resulta estadísticamente muy poco probable y técnicamente casi imposible, que al aparato se le averíen las dos turbinas simultáneamente, pese a las declaraciones del copiloto sobre el estado de la aeronave; también cuesta creer que un profesional accediese a realizar el vuelo si las garantías de seguridad no cumplían unos mínimos pues, al fin y al cabo, quien viaja en el interior del aeroplano es el propio interesado.

Resulta sin embargo, curioso el hecho de que es estadísticamente más probable que en ciertas áreas de nuestro viejo planeta, los aviones “los caigan” en vez de estrellarse; sucedió en Ucrania y parece ser que la dispersión de los restos de este Airbús, así como el hecho de encontrarse en llamas antes de la colisión, apuntan hacia este extremo.

No sé cual debería ser el castigo de disparar contra una nave comercial que tiene, ciertamente, muy poca defensa frente a este tipo de ataque; pero desde luego, está lejos de una dilución suave en el tiempo y en la política, como sucedió en Ucrania, para que nadie sienta ofendida su sensibilidad, aunque cientos de familias pierdan en el mayor de los absurdos a sus seres queridos. El terrorismo, sea de estado o islamista, debe verse perseguido con todos los medios técnicos y humanos y a todos los niveles. Es lo mismo que sea Rusia que el estado islámico, el crimen no debe quedar sin castigo ni las familias de las vícitmas sin la necesaria reparación moral del daño.


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