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WALL STREET 2: EL DINERO NUNCA DUERME. (El espectador, puede)

Publicado el 22 octubre 2010 por Loscriticones
WALL STREET 2: EL DINERO NUNCA DUERME. (El espectador, puede) Hace poco leí en un artículo sobre la importancia del género western en la historia de Estados Unidos. El western constituye en sí mismo una mitología en la cultura americana. Faltos de una base cultural más solida, como en Europa o Asia, la joven nación necesitaba de un medio que explicara sus orígenes y sus consecuentes principios - colonización, propiedad privada, uso de las armas, capitalismo…- y el género aportaba una visión salvaje y aventurera de su génesis. El cine, a su vez, se convirtió en un medio eficaz como forma de entretenimiento, como manipulación política o como catarsis colectiva. Una catarsis que parece haber resistido el paso del tiempo y que quizás explicaría esa imperiosa necesidad americana de hacer películas continuamente sobre los acontecimientos que suceden en su historia, como el 11-S, la Guerra de Vietnam o el asesinato de JFK. La actual crisis necesita de películas y a Oliver Stone le viene de perlas desempolvar la ochentera Wall Street y sacar del trullo a Gekko para explicar las inevitables consecuencias de los desmanes capitalistas. Claro que la película no aspira a tanto.
Y así es como vuelve el malvado Gekko, interpretado de nuevo por un Michael Douglas que parece haber nacido para el papel. Aunque esta vez el protagonismo recae sobre Shia LaBeouf, el nuevo actor caradeternoadolescente que adopta Hollywood, y que hace un trabajo correcto. Wall Street 2 sienta en la mesa a los codiciosos empresarios responsables de la crisis, pero no es una película sobre, sino ambientada en ella. Así que la trama principal se centra en un bróker con mucho futuro y sus relaciones sentimentales con la hija del villano. Eso sí, todo aderezado con un montaje fresco y molón para que entendamos bien los juegos visuales metafóricos, como el skiline de Nueva York a modo de gráfico económico o las pompas de jabón estallando como burbujas inmobiliarias-. La película se crece cuando aparece Douglas en plano quien consigue salvar esta insulsa historia hecha a base de gordos brochazos por un Stone en baja forma –si es que alguna vez la tuvo-. Seguiremos esperando una película definitiva sobre este catacroker económico, aunque no se preocupen. Va para largo.
Pitu

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